ECONÓMICO. Estos nuevos equipos cuestan entre 200 y 300 euros.
Sociedad

Portátiles de baratillo

Los portátiles de bajo coste comienzan a entrar con fuerza en un mercado cada vez más saturado

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Uno no puede dejar de sentirse un poco primo al conocer los últimos lanzamientos de ordenadores portátiles de bajo coste. Toda la vida pagando cantidades en torno a los 1.000 euros por uno de estos equipos para que ahora vengan a decirnos que no, que en realidad podemos disfrutar de un ordenador minúsculo por apenas 200 euros. ¿Y no lo podían haber pensado antes? Todo empezó a finales de 2006, con la evolución de los portátiles hacia los Ultra Mobile PCs o UMPC. Hasta ese momento, los ordenadores para llevar habían hecho gala de un tamaño bastante respetable con pantallas de 14, 15 o incluso 17 pulgadas y un peso que rondaba los dos o tres kilos.

Salto evolutivo

Hace dos años comenzaron a darse cuenta de que había usuarios que sólo querían un portátil para estar conectados en todo momento y lugar; y que cargar con cuarto y mitad de ordenador era un suplicio para muchas personas. Así nacieron los UMPC. Se trataba de máquinas muy pequeñas, con pantallas de ocho o nueve pulgadas y pensadas para un usuario-trabajador que lleva su PC a todas partes. Los discos duros de memoria sólida y la miniaturización de los procesadores facilitó mucho la creación de estos pigmeos electrónicos.

Los UMPC no acabaron de despegar por su alto precio (más de 800 euros) y relativamente bajas prestaciones comparados con sus hermanos mayores. Aquí se produjo el segundo salto evolutivo. ¿Para qué empeñarse en hacer un ordenador minúsculo tan potente si los usuarios sólo lo quieren para navegar, mandar e-mails, manejar fotos y escribir cuatro cosas en un procesador de textos? Así comenzó a forjarse la idea de construir ordenadores muy pequeños, con menos prestaciones, pero muy ajustados de precio.

El primero en hacer saltar las alarmas del mercado fue Asus al anunciar el Asus eee PC 701 en julio de 2007. El primer representante de esta nueva generación era bastante limitado. Un procesador Intel Mobile, una pantalla de siete pulgadas y conexión Wi-Fi eran sus puntos fuertes. No tenía disco duro y el almacenamiento se hacía en tarjetas de memoria. El sistema operativo era de código abierto, con aplicaciones de Google para abaratar el precio lo máximo posible. Y lo consiguieron: costaba 200 dólares. En España cuesta en torno a los 200 euros debido a esa perversión tan curiosa de la paridad euro-dólar que aplican los fabricantes.

El primer eee PC apenas cubría las necesidades de un usuario medio de ordenadores pero tuvo un inusitado éxito. Asus amplió la gama con modelos que ya tenían cuatro u ocho gigas de disco duro, pantallas algo más grandes y un poco más de potencia. Los precios de estos equipos siguen siendo ridículos comparados con un portátil convencional del mismo tamaño.

A Asus no le han tardado en salir competidores. Otras compañías como Everex, Acer o Intel ya han lanzado sus propias versiones de estos equipos que cuestan 200 o 300 euros. Intel trabaja a marchas forzadas para desarrollar su procesador Atom que, se supone, permitirá generalizar estos dispositivos. Incluso se han atrevido a crear una denominación para estos ordenadores: Netbook.

O sea, ordenadores portátiles pensados para internet. Google también se frota las manos al imaginar su sistema de aplicaciones basados en Linux en todos estos nuevos equipos. El consuelo que nos queda es que, por una vez, nuestro bolsillo saldrá ganando.