Un ataque en la frontera desata otra ola de sangre en Gaza
Un nuevo incidente fronterizo en las proximidades de la terminal de combustible de Nahal Oz, situada en suelo judío, a trescientos metros de la valla que separa a Gaza de Israel, volvió ayer a provocar una erupción de violencia, que al cierre de esta edición se saldaba con la muerte de al menos 18 palestinos y tres soldados israelíes.
Actualizado: GuardarSi el asalto a aquella estación -perpetrado el pasado miércoles por una célula palestina, que mató a dos vigilantes- se tradujo en una operación militar judía que dejó 18 muertos en cuatro días, la historia volvía ayer a repetirse, con mayores dosis de represalia y de velocidad. No en vano, alarmado ante la vulnerabilidad puesta en evidencia en el control de sus fronteras, Ehud Olmert ya había advertido la semana pasada que no toleraría más escaramuzas en sus líneas, y que actuaría contra Hamas, fuera o no responsable de los ataques palestinos, hasta incapacitarle para seguir atentando contra Israel. «Seremos la roca flamígera en la que tropezarán», advirtió como contestación el movimiento islamista.
El chispazo que incendió esta nueva jornada de sangre se registraba a primera hora de la mañana, cuando milicianos palestinos pertrechados con misiles antitanque y proyectiles de mortero atacaron a las tropas de élite de la Brigada Givati que vigilaban la valla de seguridad cerca de Nahal Oz, lo que dio pie al desencadenamiento de duros combates.
Campo de refugiados
Según fuentes de Hamas, cuatro de sus hombres y un miembro de Yihad Islámica fueron abatidos por disparos de helicóptero tras haber conseguido, por segunda vez en una semana, infiltrarse en territorio israelí. En la batalla, también perderían la vida tres soldados judíos que fueron emboscados cuando se adentraron en la Franja en busca de un comando al que vieron colocar una bomba junto a la frontera. Hamas se atribuiría posteriormente sus asesinatos.
La respuesta de las Fuerzas Armadas hebreas no se haría esperar. Primero, cancelando la reanudación del suministro de combustible a Gaza. Segundo, en forma de una brumadora andanada de misiles aéreos y proyectiles de artillería contra el campo de refugiados de Al Bujeij, el mismo que ya fue castigado el domingo. Diez personas murieron despedazados víctimas del fuego de carros de combate de la Infantería israelí y de los bombardeos, que también dejaron una veintena de heridos, dañaron una mezquita, casas y campos de frutales.