Chaves, 'el Incombustible'
Actualizado: GuardarA punto de cumplir los 63 años y con cuarenta de militancia en el PSOE, su sexta investidura le convierte en el segundo presidente autonómico con más años en activo, sólo superado por los veinticuatro años del también socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Tal vez para conjurar el riesgo de "hartazgo", por ejemplo entre los jóvenes que no han conocido ningún otro presidente -hasta el punto de que alguno ha llegado a pensar que era el "Rey de Andalucía"-, Chaves se pasó gran parte de la campaña electoral reivindicando el valor de la experiencia y proclamando tantas ganas e ilusión como la de un "chiquillo con zapatos nuevos".
Así que, mientras la oposición se lamenta del "régimen" en Andalucía, donde el PSOE lleva gobernando desde que alumbró su autonomía, él recurre al aval de las urnas, que le han obsequiado con la mayoría absoluta por tercera vez desde que está al frente de la Junta. "No hagamos muchas cábalas sobre lo que va a pasar en 2012", ha llegado hoy a pedirle Chaves a su principal adversario político, Javier Arenas (PP), después de que éste se quejara de que "habrán pasado treinta años de un proyecto agotado cuando termine esta legislatura".
Cábalas que también ha querido evitar respecto a su sucesión, sobre todo tras el revuelo que se formó cuando confesó que le gustaría que su sucesor fuera una mujer, y tuvo que zanjar la cuestión -para frenar los movimientos internos en su partido- con calculada ambigüedad: "Estoy a disposición de mi partido" para lo que decida en 2012.
Lo cierto es que, a estas alturas, quien fuera uno de los comensales de la famosa "foto de la tortilla" -que en realidad nunca comieron aunque se reunieran en el campo- puede presumir (33 años después) de ser el único que se mantiene en la primera línea política, a pesar de haber apostado en el año 2000 por Bono frente a Zapatero, en torno al cual cerró filas desde el mismo instante en el que la militancia le eligió.
Hombre disciplinado y respetado en su partido, Rodríguez Zapatero recurrió a él para que presidiera la organización en la nueva etapa, en la que nadie duda de su lealtad, que no ha sido incompatible con su indestructible fidelidad hacia su compañero Felipe González, con quien le une una amistad que se fraguó en el famoso despacho laboralista que el ex presidente del Gobierno tenía en Sevilla.
Nacido en Ceuta aunque vinculado a Cádiz, provincia por la que se ha presentado desde 1977 como diputado (al Congreso o al Parlamento de Andalucía), Chaves ha hecho casi de todo en política y, a pesar de que se dijo de él que era un "candidato a palos" cuando en 1990 optó por primera vez a la Presidencia de la Junta, alguna vez ha confesado que nunca ha sentido mayor "alivio" que cuando abandonó el despacho del Ministerio de Trabajo para volver a Andalucía.
Aunque asegura que no piensa, de momento, en su "jubilación política", el dirigente socialista conserva su plaza de profesor titular de Derecho del Trabajo en la Universidad de Córdoba y no descarta participar en la "formación" de nuevas generaciones.
Está por ver si volverá a la Universidad, aunque su sueño, su verdadero sueño incumplido, sigue siendo recorrer algún día la India.