Jerez

Un caso con demasiadas víctimas

CALLE PORVERA El caso del asesinato de Juan Holgado es un lastre para Jerez. Doce años después, sigue sin resolver y se ha cobrado ya demasiadas víctimas, además del joven jerezano que recibió una treintena de puñaladas en la gasolinera de Martín Ferrador en la que trabajaba.

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También lo han sido sus familiares, que siguen padeciendo las consecuencias de una nefasta investigación policial y de una pésima instrucción judicial. Unos familiares que sufren con angustia e impotencia que nadie mueva un dedo por depurar responsabilidades ni por aclarar lo sucedido. Y, lo que es peor aún, que los asesinos sigan en la calle.

Hay quien dice que los padres de Juan Holgado han perdido la cabeza y que su lucha se ha convertido ya en una obsesión que bordea la locura. Puede ser, pero no me extrañaría que así fuese. Noes para menos. Tienen motivos y, sobre todo, razones más que sobradas para exigir justicia. Nadie puede discutirles el papel de las otras víctimas del caso.

Pero hay más víctimas del asesinato del joven jerezano de las que se habla mucho menos, por no decir nada. Me refiero a los que en su día fueron acusados y después exculpados y, junto a ellos, a sus respectivas familias. Durante nada menos que doce han años han tenido que soportar que se les señale con el dedo cuando la Justicia ha dictado siempre -almenos hasta el momento- que no tuvieron nada que ver con el crimen. O al menos que no existen pruebas concluyentes para su inculpación.

¿Quién paga por todo esto? ¿Quién asume la responsabilidad por tanto daño? Nadie. No hay culpables ni responsables. Lo que sí hay son víctimas. Demasiadas.