La sentencia que culpó a Ricardi de violación considera prueba firme el testimonio de la víctima

Los restos de semen encontrados en la ropa de una joven, «reforzaron» la culpabilidad de Rafael Ricardi, en dos casos de agresiones sexuales, cometidas en 1995 en El Puerto de Santa María, de Cádiz. Lo dice la sentencia del tribunal de la Audiencia Provincial, que juzgó el caso - dirigido por el letrado Carlos Ercilla- .

El Ministerio Fiscal, sin embargo, revisa desde el miércoles el caso Ricardi, en prisión desde el año 2000 en la cárcel de Topas (Salamanca), y que antes pasó por centro penitenciario Puerto II.

La magistrada, Virginia Alonso, con el tocho de papeles en las manos -sumario y pruebas periciales que recogen las indagaciones que llevó el Juzgado de Instrucción número dos de El Puerto, reconoce que «las nuevas pruebas descartan que aquel ADN (material genético, encontrado en la ropa de la víctima) sea de Ricardi.

«Las nuevas pruebas apuntan a que el ADN encontrado es compatible con el del acusado, pero aclaran, sin embargo, que no es el ADN de Ricardi», explica la fiscal; que recuerda que fue el testimonio de la víctima, «que apuntó de forma inequívoca a Ricardi», y no los restos biológicos, lo que sirvió de prueba «concluyente», para declarar culpable al acusado. «Ambas pruebas (el reconocimiento físico del acusado, así como de su voz, por parte de la mujer, son) concluyentes y que por sí solas conducen a la condena del acusado, sin la necesidad de refuerzo alguno», dice la sentencia del tribunal. El texto sigue apuntando que las pruebas «vinieron a ser reforzadas por el informe biológico de ADN realizado por el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla». Unas pruebas que ahora la Fiscalía dice que «no son concluyentes»

Nuevas pruebas

El material genético dibuja un mapa único, que diferencia a unos individuos de otros. Los restos de semen hallados, se analizaron en el laboratorio. Aunque la técnica ha mejorado notablemente en la última década. Y la repetición de los exámenes ha llevado a la detención de dos hombres, por parte de la Policía Nacional, que hasta el momento no estaban relacionados con estas agresiones.

El sumario se revisa, y los testigos empiezan a pulular por la Fiscalía . Ayer por la mañana, era la hermana de Ricardi, María Milagros, la que pasó por estos pasillos. «Le he pedido que traiga cualquier prueba que pueda exculpar a su hermano; pero le advierto que no albergue demasiadas esperanzas, porque el caso aún no se ha reabierto», reconoce Alonso.

El caso Ricardi entró esta semana de vuelta a la Fiscalía. Más de diez años después de la sentencia. Ahora, en los despachos del Ministerio Fiscal se estudian las nuevos análisis genético, de al menos otros dos individuos, así las nuevas declaraciones de los testigos.

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