Sordos
Si los mandatarios locales siguen haciéndose los sordos deberíamos preocuparnos. No de nuestro futuro, que ya lo estamos, sino por la desvengüerza demostrada por los que deberían oír a los ciudadanos en sus justas demandas.
Actualizado:La no denuncia de la exagerada y errónea ponencia de valores catastrales, la sensación de tener un gobierno municipal opresor y controlador de las manifestaciones de los vecinos (sea la del anticatastrazo o la del Jerez Rural donde algunos asesores con nóminas más que generosas hacen de cortafuego) es preocupante.
También es significativa la sordera o marcha atrás que ha dado en el tema de la Ermita de Guía queriendo ahora dividir a los integrantes de la Plataforma en defensa de este Patrimonio histórico jerezano. O dando la callada por respuesta a la solución urbanística (viable y sin coste indemnizatorio a la inmobiliaria Osuna) planteada en la ultima reunión tanto al sr. delegado de Urbanismo y la delegada y compañera de Cultura Loli Barroso.
Quien no tiene referentes a los que recurrir (al no oír o considerar las reclamaciones de los colectivos vecinales y sociales de nuestra ciudad) siempre puede encontrar una solución o la contraria para contentar a cualquier movimiento vecinal en un momento dado y cabrearlo al ignorarlos posteriormente.
No se puede dar marcha atrás comprometerse con los vecinos o plataformas y en un periquete tirar para delante con el rígido planteamiento de una Inmobiliaria o un Subgerente de Hacienda puesto en entredicho por mas de 20.000 jerezanos que hemos recurrido la tasación catastral nueva. No se puede afirmar en la Onda Cero la pasada semana que nuestra alcaldesa tiene 10.000 cita sin atender de ciudadanos y colectivos y no sonrojarse.
Si están sordos algunos en el sillón del gobierno municipal es cuestión de que alguien le ponga encima de la mesa el ideario socialista, el programa electoral o la ponencia marco aprobada del ultimo Congreso local de mi partido, el PSOE.
Tristeza deben tener los parados, los jubilados y trabajadores modestos y los militantes de izquierda practicantes cuando observamos como nuestro referentes ideológicos están entregados al asalto de los bolsillos más pobres cuando como parece nos asalta la crisis. Todo para comprar tapones de oro y ponerlas en sus propias orejas, y así seguir siendo sordos.