
«Usaron la violencia y por eso mi hermano se declaró culpable»
La familia de Rafael Ricardi está luchando para sacarlo de la cárcel de Salamanca La menor de los once hermanos asegura que siempre defendió su inocencia
Actualizado: GuardarMaría Milagros Ricardi Robles, hermana de Rafael Ricardi Robles, que en la actualidad cumple una pena de 18 años en la prisión de Topas en Salamanca condenado, por error, por las violaciones que comenzaron a registrarse en la provincia hace 13 años, no descansará hasta sacarlo de la prisión. Es la menor de 11 hermanos y sus ojos reflejan el sufrimiento que le ahoga desde hace muchos años.
-¿En algún momento llegó a dudar de la inocencia de su hermano?
-En un principio no puse la mano en el fuego, pero fui a verlo a Puerto II cuando ingresó y le pedí que me jurara por nuestra madre, que había fallecido justo un año antes, que me dijera que había sido él. Su silencio y mirada me demostraron que era inocente. Estoy muy unida a él y desde ese día supe que no había cometido los delitos.
-¿Por qué cree que llegó a autoinculparse de las violaciones?
-Estoy segura de que utilizaron la violencia hasta que se desmoronó y dijo que había sido él.
Su hermano tenía un grave problema de adicción a las drogas, -¿Cree que eso le perjudicó a la hora de condenarlo?
-Por supuesto. Había que buscar un culpable y le tocó a él. Era una persona débil debido a su adicción a las drogas y no tuvo la oportunidad de defender su inocencia. Jamás hizo mal a nadie. Ni siquiera cometió delitos de robo porque todos los hermanos y mis padres estábamos muy pendientes de él. Lo llevamos a siete centros de desintoxicación, pero siempre se venía.
-¿El resto de sus hermanos también lo defienden?
-Todos dudaban porque el hecho de que se inculpara les provocó cierto recelo, pero ahora que se ha descubierto que es inocente, todos somos una piña y vamos a mover cielo y tierra para que no pase ni un día más en prisión.
-¿Habéis comenzado ya los trámites?
-Mañana (por hoy) tengo cita en Fiscalía en Cádiz para que me expliquen los procedimientos que tenemos que seguir.
-Siempre estuvo muy segura de su inocencia. ¿Intentó demostrarla durante los 13 años que su hermano lleva en prisión?
-Hablé con asistentes sociales y tuve varios abogados de oficio. Incluso intenté contratar uno de pago pero mis escasos ingresos económicos me lo impidieron. Solicité una segunda prueba de ADN pero me la rechazaron. Todo el tiempo me he encontrado con impedimentos.
-¿Quién se hizo cargo de la custodia de los hijos de su hermano?
-Antes de que entrara en prisión, yo ya era la tutora de su hijo pequeño, ya que la adicción a las drogas de mi hermano y de su entonces mujer, les impedía hacerse cargo del niño. La hija mayor, fruto de una relación anterior, vive con su madre.
-Su madre murió un año antes de que Rafael entrara en prisión, pero su padre vivía entonces. ¿Cómo asimiló la noticia?
-Jamás le contamos la verdad. Le dijimos que estaba en prisión por haber robado y él siempre que podía le mandaba algo del poco dinero que tenía.
-¿Desde cuándo no tiene contacto con su hermano?
-En 1995 entró en Puerto II e iba a verlo. Al año siguiente pasó a Jerez donde también íbamos a verlo. Pero en 1997 se lo llevaron a Salamanca y desde entonces no le vemos. Estuve un año carteándome con él, pero dejó de contestarme. Creo que no es capaz de asimilar la pesadilla que está sufriendo.
-¿Qué haréis cuando por fin sea libre?
-En cuanto todo esté solucionado le llamaremos. Tenemos que ver en qué grado de intoxicación se encuentra e ingresarlo en un centro si es necesario. Ahora empezará a vivir a sus 47 años.
«No queremos indemnización, solo justicia»
«No queremos dinero. Lo único que queremos es que salga ya de la cárcel y que los que realmente cometieron las violaciones paguen doblemente por lo que han hecho. Ha sido una equivocación judicial que le ha robado a mi hermano trece años de su vida. Es muy duro que te señalen por la calle y que la gente murmure que tu hermano es un violador cuando no es cierto. Ahora, legalmente, podré decirle a todo el mundo que mi hermano era toxicómano, pero no un violador como todos creían.