Ricardi es «un preso modélico», según los trabajadores de la cárcel de Topas
Rafael Ricardi ingresó en la prisión de Topas (Salamanca), acusado de al menos «dos delitos» de violación, en el año 2000. Sobre él pesa «la pena máxima», afirma uno de los funcionarios de la prisión, que conoce su expediente.
Actualizado:Esto se traduce en la «pena máxima» de cárcel para Ricardi, según el antiguo Código Penal que antes pasó una temporada en la prisión de Puerto II.
Las fuentes penitenciarias consultadas aseguran es un preso «modélico» que goza de un segundo grado penitenciario; y que gracias a «la buena conducta y los trabajos que desarrolla en el centro» su pena se está reduciendo. «Con las redenciones que se le aplican desde el primer día, le quedan entre cuatro y cinco años de prisión; que si sigue con el mismo buen comportamiento, acabarán reducida a dos años y medio», afirma este funcionario del centro de Topas, que cuenta con cerca de 1.700 internos.
Los trabajos de carpintería, en el taller de automóviles, e incluso en la cocina de la prisión, le habrían reducido la pena efectiva a Ricardi, que en el momento de ser detenido era politoxicómano, a razón «de dos días de trabajo, uno de redención», calcula.
Ricardi fue acusado de violación por la Audiencia Provincial de Cádiz, como uno de los autores de una oleada de agresiones sexuales que atemorizó a la Bahía de Cádiz, entre 1995 y 2000. Un total de diez violaciones fueron denunciadas en El Puerto (siete), Puerto Real (dos) y Jerez (una).
El testimonio de una de las víctimas, que le identificó por un defecto en sus ojos y por el tono de su voz, fue clave para declararle culpable. El reciente análisis de ADN de los restos que aparecieron en los escenarios del crimen, han identificado a otros dos hombres distintos, como los presuntos autores del crimen, por el que Ricardi pasa condena, que ya han pasado a disposición judicial.