Sangre

ay pocas cosas tan socorridas, tan baratas y tan caseras, como una buena cazuela de sangre con tomate. Y es que cuando el tema económico está cortito, o se carece de productos de gran calidad, la cocina casera suele dejar satisfecho a cualquier comensal, usando productos de la tierra, que suelen ser más económicos. E incluso algunos llegan a ser de gran exquisitez, por ejemplo la sangre. La misma sangre que necesitó el Cádiz para ganar el domingo cuando el partido entró en esa fase, sosa, apática y desganada, que solía acabar con la derrota del equipo amarillo. El nuevo jefe de cocina decidió sacar una ración de sangre fresca de Chiclana. Población que siempre ha dado para el Cádiz jugadores de este estilo, de sangre, de los que se lo dejan todo en el campo. Y el chiclanero hizo lo que sabe, partirse la cara, y contagiar al resto de gaditanos que había sobre el campo, Raúl, Paz, Bezares, que a su vez contagiaron al resto y con ellos toda la grada. Fornell fue el culpable. Como en cocina, cuando la calidad del producto es sospechosa es preferible echar mano a productos de la casa, que como ya es sabido son los que al final sacan las castañas del fuego. Y en esta Segunda División tengan por seguro que se ganan más partidos con garra y con sangre,que por cuestiones tácticas. Aparte de para seguir viendo a jugadores que deberían estar eternamente agradecidos al Cádiz, pues sin él jamás hubieran jugado, no sólo no en Primera, sino ni tan siquiera en Segunda, deambulando por el campo sin ganas, que en vez de sangre en las venas parecen que tienen horchata. Prefiero ver a tíos que salen como cabras locas emocionados por vestirse de su equipo, por jugar en su campo y por partirse la cara por su gente. ¿Qué no tienen suficiente calidad? ¿¿Ni los otros tampoco!! Y yo prefiero ese Cádiz lleno de coraje, de garra, de cojones, el de no hay nada imposible. Por eso el domingo ¿¿Otra ración de sangre!! Por favor.