El último aliento de una calle fantasma
Los vecinos de Las Viñas viven estos días la demolición de la calle Valdepajuela con enorme satisfacción
Actualizado: GuardarLa calle del olvido ya no existe. Los escombros y los restos de lo que un día fue se amontonan a lo largo de toda la vía trasformada en una inmensa explanada de 17.504 metros cuadrados donde pronto se construirán nuevas viviendas. Desde hace más de 23 años, los vecinos de Las Viñas llevan esperando este momento y al fin, tras una larga contienda con el Ayuntamiento, ayer pudieron ser testigos en primera persona -junto a la alcaldesa, Pilar Sánchez, y el delegado de Urbanismo, Juan Pedro Crisol- de la demolición de los viejos inmuebles que aún quedaban en pie.
Las casas que en otra década cobijaron a numerosas familias, los restos de las instalaciones de lo que hace unos años llegó a ser Alimentación ZASSL o un antiguo casco de bodega donde se celebraban grandes festejos son ya recuerdos. Los residentes de Las Viñas ya no tendrán que pasar entre barro y con temor por la calle Valdepajuela, porque ésta, sencillamente, ya no existe. No obstante, como el Ave Fénix, resurgirá de sus cenizas, pero en esta ocasión con un proyecto de reurbanización que la propia primera edil quiso dar a conocer sobre el terreno.
«Además de la futura construcción de unas 200 viviendas, algunas de ellas de protección oficial ya que el Ayuntamiento es propietario de una de las parcelas de la calle, esta nueva corredera tendrá viales y aceras -los que supondrá una superficie de una superficie de 4.103,00 metros cuadrados-, además de dos zonas verdes bien diferenciadas, una a cada lado de la calle, de 687 y 952 metros cuadrados respectivamente», como indicó la regidora jerezana.
Una actuación que «cambiará de forma radical este enclave de la ciudad, ya que también tenemos previsto soterrar los cables de alta tensión que atraviesan este trazado urbano», continúo la alcaldesa.
Y es que el proyecto que se ha diseñado para Valdepajuela es algo que «se debería haber hecho hace años». De hecho, Agustín de la Flor, presidente de la asociación de vecinos de Las Viñas, insistió en que «la solución a este problema ha sido una cuestión de voluntad política, negativa de la etapa anterior, y que ha originado tantos años de abandono de una calle como ésta. Por ello, hoy (por ayer) los residentes de esta barriada estamos satisfechos por la solución a un serio problema de seguridad e higiene».
Un final contundente para una vieja zona revalorizada con los años.
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