El FMI y el Banco Mundial alertan sobre el incremento del precio de los alimentos
La protección de la producción para biocombustibles y el mal tiempo que ha arruinado cosechas explican las subidas
Actualizado: GuardarEl FMI y el Banco Mundial alertaron sobre los riesgos del fuerte incremento de precios de los alimentos en el mundo, aunque no presentaron soluciones a una situación que ya ha provocado una crisis en Haití. En un contexto de fuertes turbulencias financieras en el mundo a raíz de la crisis por los créditos hipotecarios de alto riesgo en EE UU, los dos mayores organismos financieros del planeta tuvieron que ocuparse en la jornada de clausura su reunión de primavera, no solo de cuestiones técnicas ligadas a la coyuntura económica, sino también de una tema que afecta directamente a la gente de a pie.
Las alertas sobre las dramáticas consecuencias si no se contiene el incremento del precio de los alimentos se multiplicaron durante el fin de semana, y también los intentos por discutir soluciones, con el trasfondo de las violentas protestas que se produjeron en el país más pobre de América Latina: Haití.
«Especialmente los países de bajos ingresos, afrontan un gran aumento en los precios de los alimentos y la energía, lo cual tiene un impacto particularmente fuerte en los segmentos más pobres de la población», advirtió el sábado el Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI, que reúne a los ministros de Hacienda de los socios de la institución. Más dramáticas fueron las palabras del titular del FMI, el francés Dominique Strauss-Kahn. Una inflación en aumento, especialmente en alimentos, puede tener consecuencias «terribles» para el mundo, por lo que es necesario adoptar medidas para contener el alza de precios, dijo. «Los precios de los alimentos, si siguen en el camino en que están hoy, pueden acarrear consecuencias terribles. Cientos de miles de personas pasarán hambre lo que llevará a una quiebra del sistema económico», señaló Strauss-Kahn.
Desarrollo destruido
El desarrollo obtenido en los últimos cinco o diez años puede quedar «totalmente destruido», expresó. El Banco Mundial discutió por su parte la propuesta de su presidente, Robert Zoellick, de elaborar otro new deal para una política alimentaria mundial, similar al programa de los años 30 que se desarrolló bajo la presidencia de Franklin D. Roosvelt en EE UU, en la época de la Gran depresión.
Brasil, uno de los mayores países agrícolas del planeta, respaldó ayer esa idea a través de su ministro de Hacienda, Guido Mantega. Zoellick expresó la semana pasada durante una entrevista con la radio pública estadounidense NPR, que la creciente producción de biocombustibles en EE UU y Europa es un «factor importante» en la cesta de los precios de los alimentos. La cotización del maíz, base del etanol que produce Estados Unidos, se duplicó en los últimos dos años. Zoellick también lanzó un llamamiento a Estados Unidos, Europa y Japón para «contribuir» a paliar los efectos de este incremento de precios.
Según cifras del BM, el precio del trigo en el mundo creció un 181% en 36 meses hasta febrero de 2008, mientras que en general los precios de los alimentos subieron un 83%. «La protección y subsidios de la producción de granos para biocombustibles, los costes incrementados del diesel y los fertilizantes, y el mal tiempo en regiones que tradicionalmente son grandes productoras de alimentos, son algunos de los factores que dispararon el precio de los alimentos en el mundo», señaló el BM en un comunicado.
En América Latina, Haití se convirtió en la primera víctima de la subida del precio de los granos. Violentas revueltas ya han acabado con cinco muertos y 200 heridos. Así las cosas, el BM anunció ayer una donación de 10 millones de dólares para alimentos en Haití.