ARGENTINOS. Agüero felicita a Maxi tras su gol de ayer. / EFE
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Ogbeche impide la victoria del Atlético ante un Valladolid muy impreciso

Maxi adelantó a los rojiblancos, pero el nigeriano empató en el último minuto

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El Atlético de Madrid no supo rentabilizar un tanto del argentino Maxi Rodríguez para doblegar a un Valladolid que puso el dominio, las ocasiones y un gol en el último minuto del nigeriano Ogbeche, que sirvió para certificar un empate (1-1) que puede ser un botín valioso para ambos equipos en sus respectivas aspiraciones. Y es que el Atlético, que había sido derrotado en sus últimas cinco visitas a Zorrilla, donde no ganaba en liga desde hace más de diez años, salió pensando que el triunfo del Racing les obligaba a echar el resto. Raúl García e Ignacio Camacho repetían como pivotes y Antonio López como lateral derecho.

El Valladolid, al que este año no se le dan bien los colores rojiblancos (había perdido ante todos los equipos que visten esa camiseta) medía ayer sus opciones de acabar la liga tranquilo e inicialmente se notó que un empate, tras dos triunfos seguidos, era un mal menor, aunque la primera opción la tuvo Víctor.

Si en la ida ya hubo muchos goles (4-3), ayer se preveía otro festín goleador en un estadio Zorrilla casi lleno, que arropó a los dos equipos por igual, ya que se dejaron sentir, y de qué manera, los cerca de tres mil seguidores rojiblancos en las gradas.

Sin errores y mucha concentración por parte de ambos equipos, no hubo huecos, ni concesión alguna durante la primera media hora. Ganó el equilibrio. En esta fase de orden y de aplicación no se permitieron ocasiones claras, sólo un testarazo de Llorente (25').

El partido parecía diluirse bajo la lluvia, con ataques inocuos, fútbol directo y casi nadie que amenazara en serio, pero fue el Valladolid el que acabó gobernando el centro del campo y el partido ante un Atlético que sufrió, y mucho, camino del descanso, con dos ocasiones prácticamente consecutivas de Sisi y Sesma (39'), más otras dos de Joseba Llorente.

Fue increíble que los de Mendilibar, en ese arreón final, no marcasen y que casi lo hiciera el argentino Agüero, a dos minutos del intermedio, de no haber mediado la velocidad de reacción del guardameta Sergio Asenjo.

Todo cambió en los primeros minutos de la reanudación. Desaparecieron las posesiones largas de balón con las que el Valladolid había asediado al Atlético y la entrada de Cleber Santana tapó el agujero en medio campo que presentaba el equipo de Aguirre al final del primer tiempo.

Poco o nada tuvo que ver el partido con esa fase de domino local. El balón ya no era de nadie y sin iniciativa, cualquiera podía marcar. La afición del Atlético se vino arriba, tal vez al ver que su equipo manejaba mejor los barullos, y Maxi Rodríguez ejecutó al rival (69') con un potente disparo, tras despeje de García Calvo.

Casi todas las ocasiones hasta entonces las había puesto el Valladolid, pero el golpe, directo al hígado, fue de los rojiblancos. Es una película ya vista en Zorrilla muchas veces y ese guión, esa misma falta de pegada, beneficiaba hoy al Atlético hasta que apareció el nigeriano Ogbeche para marcar en el último minuto. El empate mantiene a cada uno en su guerra, al Valladolid en la del descenso y a los rojiblancos, en la de meterse en la Liga de Campeones.