Los últimos retoques
JEREZ Actualizado: GuardarLa Feria del Caballo también tiene un antes y un después, que se extienden mucho más en el tiempo que la propia fiesta en sí, pero que son mucho menos apreciados por los jerezanos y visitantes de todos los rincones de España y el mundo. Pero para que unos la disfruten, otros tienen que montarla, y a dos semanas de su celebración, los del segundo grupo se afanaban el pasado jueves a marchas forzadas para que todo quede perfecto en el Real de cara al gran día, el 27 de abril (aunque varias jornadas antes, ya suele haber bastante gente sobre el albero disfrutando del rebujito, la cerveza y los vinos del Marco). Y es que los días de intensa lluvia han retrasado las labores, que ahora tienen que pegar un nuevo acelerón por si las inclemencias meteorológicas vuelven a hacer su aparición.
Antonio Rodríguez, Anono, es uno de los que más experiencia tienen en esto. Y si no, qué se lo digan a la caseta Los Pollitos, que acumula en su haber numerosos premios por la estética fachada que él contribuye a crear. Este escayolista ya jubilado, junto a los que le ayudan (por beneficio, no por oficio, pues están todos en la misma situación), lleva más de dos semanas trabajando «desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche». Y es que «hay que decorar, poner las flores... para ganar otra vez el primer premio, que llevamos ya tres años seguidos», indica él mismo.
«Esto es muy bonito y echamos ratos muy buenos en el montaje», indica su amigo, vecino y socio de la peña, Manuel Palomino. «Y las mujeres vienen el domingo a traernos la comida», puntualiza. Más profesionalmente, explica que «queda mucho aún, pero la parte más importante ya está hecha; ahora lo que falta es el embellecimiento de la caseta».
En el paseo que converge con el principal de la Feria están Moisés Medina y Miguel Ángel Delgado, montadores de pladur, que trabajan en la caseta de Cajasol. «La lluvia lo ha paralizado todo y hemos tenido que retomarlo hoy (en referencia al jueves). Nosotros nos ocupamos de lo que es la fachada, digamos la portada de la caseta», precisa Moisés.
Los operarios de Iluminaciones Ximénez también trabajan a destajo. «El montaje dura unas cinco semanas», indica el encargado, Antonio España, mientras una cuadrilla formada por una quincena de trabajadores sigue sus instrucciones. Todo está ya casi a punto.