El presidente mantiene el 'núcleo duro' pese a las reticencias de Rubalcaba
Confía en Solbes y De la Vega para recomponer las relaciones con el PP Bermejo deberá modernizar la Justicia
Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero quería mantener intacto el núcleo duro del Gobierno, pero casi no lo consigue. El jefe del Ejecutivo admitió ayer que le supuso un «gran esfuerzo» convencer a Alfredo Pérez Rubalcaba de que siguiera al frente del Ministerio del Interior. Fueron largas horas de negociación hasta que el veterano político dijo 'sí'. El líder del PSOE reconoció ayer que le hubiera resultado válido en «cualquier área», pero se empeñó en mantenerlo al frente de un departamento clave en todas las legislaturas y muy relevante en esta, en la que los socialistas aspiran a recomponer las maltrechas relaciones con el Partido Popular en materia antiterrorista.
Pérez Rubalcaba es, junto a la vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega, el único miembro del Gobierno que en la legislatura pasada sirvió al presidente de parapeto político. En el PSOE son muchas las voces que han criticado el ensimismamiento de los ministros en sus propias tareas y la falta de implicación con el debate global. Rodríguez Zapatero negó ayer la mayor y, tras prometer su cargo ante el Rey, ya en el Palacio de La Moncloa, aseguró que siempre se ha sentido «arropado por los ministros». Tanto como por el partido.
El lamento de la dirección sigue siendo aplicable al actual gabinete, que no ha incorporado a ningún nuevo 'peso pesado' salvo Celestino Corbacho, bregado en el mundo municipal, pero sin trayectoria aún en el debate nacional. El jefe del Ejecutivo se mostró, aún así, «muy satisfecho» con su obra. «En mi opinión este gabinete tiene fuerza política y una notable capacidad de gestión», defendió. Lo previsible es, en todo caso, que las voces del Gobierno vuelvan a ser las mismas e incluso que haya una menos, porque el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, callará más.
El ex fiscal jefe de Madrid fue reclamado por Zapatero en un momento de máxima tensión con el PP para sustituir a Juan Fernando López Aguilar, al que en el partido muchos acusaban de tener la piel «demasiado fina» para hacer frente a la batalla campal en la que se convirtió el ámbito de la Justicia en la pasada legislatura. Ahora que el presidente ha iniciado un viraje político para acercarse al primer partido de la oposición también en este terreno, se espera que Fernández Bermejo se centre en asuntos internos del Ministerio.
Alonso, el negociador
Rodríguez Zapatero subrayó que de la negociación política con el PP, necesaria para renovar el CGPJ y para sacar adelante las reformas procesales y demás leyes encaminadas a modernizar de la Justicia, se ocupará el portavoz del grupo parlamentario, José Antonio Alonso, hombre de perfil moderado y de su total confianza.
Pedro Solbes, por su parte, tendrá que buscar el concierto para un nuevo sistema de financiación autonómica. Y el titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, la complicidad de los populares en la preparación de la presidencia española de la UE.
El entendimiento del vicepresidente económico con el PP no tendría por qué resultar difícil ahora que Rodríguez Zapatero ha decidido prescindir de las ataduras de un pacto de legislatura con los nacionalistas.