CUMBRE. De izquierda a derecha, los ministros de Finanzas de Japón, Italia, EE UU y Alemania. / EFE
Economia

El G-7 reclama cambios en las reglas financieras para atajar la crisis mundial

Los países más industrializados abogan por aumentar la transparencia y el control de los mercados internacionales

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Tal y como era de esperar, la crisis financiera centró ayer la reunión del G-7 en Washington. Para hacer frente a las turbulencias económicas actuales, el grupo de los países más industrializados pidió ayer la revisión de algunas de las normas que regulan los mercados financieros a nivel mundial, tras reconocer el empeoramiento de las condiciones económicas desde su reunión de febrero. Así, admitieron que la «turbulencia» en los mercados es «un desafío y más prolongada» de lo que habían anticipado.

Además, reiteró su tradicional llamada a China para que permita una apreciación «acelerada» de su moneda, tras indicar que le preocupa el efecto de las recientes fluctuaciones «drásticas» de las divisas principales del mundo sobre la estabilidad económica y financiera. «Continuamos vigilando los mercados cambiarios estrechamente y cooperaremos como sea apropiado», afirmó.

No obstante, el tema cambiario fue breve en el comunicado emitido al término del encuentro y, en su lugar, los ministros de Economía y gobernadores de los bancos centrales de Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Japón se concentraron en evaluar la crisis financiera.

Gestión del riesgo

Para responder a ella, dijeron apoyar «enérgicamente» el plan elaborado por el llamado Foro de Estabilidad Financiera, que contiene medidas para aumentar la transparencia de los mercados, el control de los principales bancos del mundo y una mejor gestión del riesgo. Además, resaltaron la importancia de la acción coordinada de los bancos centrales para evitar «trastornos» en los mercados.

«Cada uno de nosotros sigue comprometido con la toma de medidas, individual o colectivamente», para responder a la emergencia financiera. No mencionaron, sin embargo, la posibilidad de usar fondos públicos para rescatar a los bancos más afectados por la crisis, que -según el Fondo Monetario Internacional (FMI)- podría ocasionar pérdidas por valor de casi un billón de dólares.

En el terreno macroeconómico, reconocieron que las perspectivas han empeorado, en vista de la «debilidad» en el mercado inmobiliario residencial de Estados Unidos, la tensión en los mercados financieros mundiales, el impacto internacional de los altos precios del petróleo y las materias primas, y las presiones inflacionarias.

Aunque los países emergentes son «un punto de luz» en este panorama tenebroso, el G-7 alertó de que «no son inmunes a las fuerzas mundiales». A nivel concreto respecto a la crisis financiera, el Grupo de los Siete dijo que «en los próximos cien días» los bancos deberían divulgar «completamente» su nivel de pérdidas y de riesgo, como pide el informe del Foro, que está integrado por representantes de bancos centrales e instituciones como el FMI y el Banco Mundial. El plan también contempla una revisión «urgente» de las normas contables internacionales y de los códigos de conducta de las agencias de evaluación de riesgo.

Estados Unidos

El club de países más industrializados también señaló que para finales de año los reguladores internacionales deberían elevar los requisitos de capital para los productos financieros complejos que han resultado más arriesgados que lo que se creía. El secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, afirmó que la economía del país podría afrontar «más baches en el camino» e hizo hincapié en que la principal prioridad ahora es limitar el impacto económico de las turbulencias en los mercados. «Tengo la máxima confianza en la resistencia, flexibilidad y fortaleza de nuestra economía», zanjó.