Araña pero no golpea
El Xerez mantiene la media inglesa pero vuelve a cometer los mismos errores lejos de Chapín Viqueira adelantó a unos azulinos que sufrieron en la segunda parte tras la expulsión de Yordi
Actualizado: GuardarAraña, pero no termina de dar un golpe definitivo. El Xerez logró ayer rascar otro punto, otro empate, dio continuidad a esa media inglesa que viene manteniendo desde hace varios encuentros, sigue sumando y acumula otra jornada más sin conocer la victoria, pero el xerecismo abandonó Motril con un sabor agridulce. Más agrio que dulce pues el fútbol y la paciencia no casan demasiado bien, y a pesar de la dinámica positiva en la que se encuentra el Deportivo, el tercer empate consecutivo lejos de Chapín sabe a mucho menos que el logrado en Tarragona o en Sevilla. Todos quieren más y de hecho, Esteban fue el primero en reconocerlo: la segunda parte de los azulinos fue bastante flojita. El entrenador malagueño no estaba satisfecho, pues consideraba que su equipo había dejado escapar los tres puntos con «errores de infantiles». Fallos que se vienen repitiendo una y otra vez durante el último mes. El Xerez se volvió a adelantar en el marcador -tal cual ocurrió en el Nou Estadi o en el Sánchez Pizjuán-, volvió a imponer su juego durante los primeros cuarenta y cinco minutos, pero volvió a dejarse dominar en el tramo final. En esta ocasión el Granada 74 no reaccionó con un gol inmediato, pero los de Esteban dejaron escapar sus ocasiones, no mataron el partido y los de Tapia se lanzaron a la yugular en cuanto vieron los primeros síntomas de debilidad entre los xerecistas.
Poco espacio
Y es que el Xerez nunca estuvo demasiado cómodo sobre el reducido rectángulo de juego del Escribano Castilla. El cuero prácticamente no tocó el prado, el sesenta o el setenta por ciento del tiempo el esférico estuvo en el aire. No circulaba en corto, se tiraba del balón largo pues prácticamente no daba tiempo a controlar la bola. En cuanto se daban dos pasos, achicaban cuatro rivales y robaban la cartera al más habilidoso. Los regates, el uno contra uno, el desborde dejaba paso al juego aéreo, a la pelea subterránea o la pugna por los balones divididos. A cambio, en favor del espectáculo, las reducidas dimensiones del campo permitían que el balón llegara rápido a una de las dos porterías, por lo que eran muchas las ocasiones de gol que se producían desde el primer momento.
El centro del campo del Xerez tomaba el protagonismo, pues para las bandas prácticamente no existía el espacio. Frente a ellos tenían a un equipo ordenado, peleón y muy consciente de que Luque es su líder. Y es que el lanzador multiplica tremendamente las posibilidades de los granadinos, pues sin él el capítulo de la construcción quedaría totalmente solapado por el de la destrucción. Luque quiso adelantar a su equipo con un lanzamiento de falta. De hecho, el cuero llegó al fondo de la portería azulina, pero el tanto no tuvo validez pues el colegiado había marcado libre indirecto y el jugador del Granada 74 le pegó directo a la escuadra. Los xerecistas trataron de aprovechar el desconcierto y la celebración de aquello que parecía un gol. La jugada fue muy similar a la que el Getafe protagonizó en el Bernabéu hace unos meses ante el Real Madrid. Aquella acabó de manera exitosa, pero en el Escriba Castilla fue imposible pues el ayudante de Tapia se encargó de anular la jugada introduciendo un segundo balón en el rectángulo de juego. El árbitro tuvo que parar la jugada y expulsar al espabilado, al listillo, que minutos después no podría hacer nada para impedir el tanto de Viqueira. El gallego recibió, de Pedro Ríos, en la frontal y la puso pegada a la cepa del palo. El Escribano Castilla, totalmente teñido de azulino, explotó de alegría pues parecía que esta vez sí se daría el salto definitivo para salir de la zona peligrosa de la clasificación.
Para desgracia de los azulinos aún restaba mucho partido y por más que Esteban trataba de sacar el culo de la defensa de la cara de Porato, el equipo ya se había visto obligado a retroceder varios metros. Además, el conjunto granadino sacó partido a uno de los magníficos lanzamientos de Luque y logró empatar minutos después de la reanudación. Y es que para la zurda de Luque no pasan los años y puso un balón con la fuerza, la velocidad y el efecto perfecto para que Javi Guerra rematara a gol en el primer palo.
La sentencia para el Deportivo llegó con la expulsión de Yordi -por segunda semana consecutiva-, pues ya con el isleño en el terreno de juego se estaba sufriendo.
Se padeció hasta el noventa y cinco, y de hecho se sufrirá hasta que acabe la jornada, pues el xerecismo estará pendiente de lo que pasa en los estadios en los que juegan los equipos de la zona baja.
En el peor de los caso, el Xerez quedará a cuatro puntos de salir del descenso; en el mejor, acabarán la tarde del domingo a sólo un punto de salir del pozo.
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