Ciudadanos

Insisten en la inocencia de Rafael Ricardi, condenado por la segunda agresión

La resolución de estos espeluznantes hechos también ha servido para cuestionar una sentencia dictada por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, del año 1997, y que condenaba a un portuense, Rafael Ricardi, a dos penas de 18 años de prisión cada una por sendos delitos de agresión sexual. Este hombre, que lleva recluido por esta causa desde el año 95, se encuentra en estos momentos en la prisión de Topas (Salamanca) y está muy cerca de salir en libertad. Gracias a su buen comportamiento y a las actividades realizadas en el centro penitenciario, está previsto que lo haga en 2010.

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Pero la Policía insistía ayer en su inocencia y, por tanto, hacía entender que estaba cumpliendo condena por unos hechos que nunca cometió. Este hombre, que en la actualidad tiene 48 años, fue detenido y sentenciado por la segunda de las diez violaciones; una agresión sexual perpetrada en Valle Alto (El Puerto). La víctima lo reconoció por la voz y así lo relató en el juicio. Esta declaración, unida a una confesión tras su arresto, le llevó directamente a prisión para cumplir por dos delitos: uno en calidad de autor y otro como cómplice.

La inspectora Raquel Díaz justificaba estas actuaciones policiales en la falta de datos que en ese momento había, con sólo dos denuncias interpuestas y sin poder establecer conexiones entre ellas. Ahora el ADN de uno de los sospechosos coincide con los restos hallados en la víctima de Ricardi. Tan sólo cabría la explicación de que este portuense hubiera actuado en compañía de algún acusado, pero esta opción es descartada por la Policía.

Otro dato escabroso conocido ayer es que los dos nuevos sospechosos tienen antecedentes por abusos sexuales cometidos en su entorno más próximo. El preso de Puerto II, que fue condenado por propasarse con la hija de su pareja, iba a salir en libertad dentro de cuatro meses.