La ministra de Alcalá
La presencia de la gaditana Bibiana Aído en el nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que hoy será hecho público tras ser comunicado al Rey, sorprendió anoche a sus propios compañeros de partido en la provincia. Bibiana Aído, nacida en Alcalá de los Gazules hace 31 años, ocupará el Ministerio de Igualdad, de nueva creación, y compartirá Ejecutivo con otra gaditana, Magdalena Álvarez, natural de San Fernando, que repite en la cartera de Fomento, y con el titular de Interior y primer diputado al Congreso por la provincia, Alfredo Pérez Rubalcaba. Se trata, sin duda, del uno de los gabinetes con mayor cuota gaditana, como ya lo tuvo aquel del PP en el que coincidieron Rodrigo Rato, cunero en cabeza de la lista al Congreso como el actual ministro del Interior, el jerezano Miguel Arias y el olvereño Javier Arenas. Es de esperar, en este sentido, más allá de los tipismos localistas o de la anécdota, que el mayor conocimiento de la realidad gaditana se corresponda con la necesaria sensibilidad del Ejecutivo para afrontar los diversos problemas que tiene planteados la provincia, en un momento especialmente crítico por la crisis industrial, y se continúe la mejora ya abordada en la legislatura anterior en materia de infraestructuras. El ascenso de Bibiana Aído puede considerarse uno de los casos más meteóricos de que se tienen noticia. Aunque milita en el PSOE desde la primera juventud, y procede de una familia vinculada a la «casa de Alcalá», que la ha amparado y trazado su carrera desde el comienzo, nadie entre sus compañeros de partido esperaba un salto directo al Gobierno de Madrid tan pronto.
Actualizado: GuardarTras ocupar el segundo puesto en la lista al Parlamento Andaluz, después de ManuelChaves, el aparato gaditano presionaba en Sevilla para que lograra una Consejería, en concreto la de Cultura, aunque otros pensaban que permanecería en el trabajo parlamentario. Sin embargo, su destino ha sido directo a la primera fila. La decisión del presidente Rodríguez Zapatero parece vinculada a la «recomendación» de Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien mantuvo una la estrecha colaboración durante la campaña electoral por la provincia. El encargo del nuevo Ministerio de Igualdad es su ocasión para demostrar su valía personal, pero también para ejemplarizar, en su nombre y en el de los políticos de su generación, que el relevo es posible y deseable.