DESOLADO. Esta zona verde atrae a los vándalos de la zona. / I. B.
EL PUERTO

Un grupo de menores asola la plaza de El Molino y atemoriza a sus vecinos

Este grupo de adolescentes vive en las viviendas sociales de La Inmaculada y los residentes están cansados de denunciar sus actos vandálicos y las amenazas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Son niños pero cometen las mismas gamberradas que un adulto. Un grupo de menores lleva más de dos años haciendo la vida imposible a los 500 habitantes de la plaza de El Molino, un complejo residencial ubicado tras las viviendas sociales de la Inmaculada. Aunque los jóvenes residen en las casas sociales próximas a la plaza, la mayor parte de su tiempo libre lo pasan en las zonas ajardinadas y en los soportales de este barrio residencial.

Los habitantes de la plaza firmaron un convenio con el Ayuntamiento en 2001 para que la zona sea fuera uso público a lo largo del día. Según explican los vecinos, «esta medida se realizó para evitar que los residentes de las viviendas sociales se sintieran excluidos». Sin embargo, la iniciativa se ha vuelto en contra. El grupo de menores se ha adueñado de este espacio público y lo utiliza para sus gamberradas. Suelen prenderle fuego a los telefonillos de los bloques y arrancan ladrillos y lozas del suelo para usarlos como arietes contra puertas acristaladas o ventanas. Los graffitis también se han convertido en un nuevo pasatiempo y pintan, con sus nombres, bancos y fachadas para marcar su territorio.

Graves represalias

Una vecina que osó salir a la ventana para quejarse de los gritos que estaban dando a las doce de la noche recibió el impacto de dos latas de cerveza contra su ventana. Merche, que sólo se atreve a decir su nombre por temor a represalias, dice que intentaron agredirla cuando salía a hacer la compra mientras estaba embarazada.

Si a alguien se le ocurre llamarles la atención por algún acto vandálico, las consecuencias no se hacen esperar. Un residente reprendió a estos vándalos por dedicarse a romper las barandillas del recinto. Al día siguiente, tres ruedas de su coche habían sido rajadas con una navaja.

A pesar del gran número de denuncias que los vecinos han interpuesto contra este grupo de jóvenes, no ha servido para nada ya que al ser menores no se puede actuar contra ellos. Los agentes de la Policía Nacional y Local se ven en la misma tesitura y no pueden hacer nada para remediar esta situación.

Las denuncias vecinales no han tenido, de momento, respuesta. Un vecino que encontró a uno de estos jóvenes orinando en el casco de su moto ha tenido que pagar al menor una indemnización de 300 euros por haberlo zarandeado cuando lo cogió in fraganti.

Por todo ello, la portavoz de la asociación de vecinos, Eva Marín, ha exigido al Ayuntamiento que se involucre y les ayude a ponerle freno a estos vándalos.

La asociación exige que «el equipo municipal les ayude a instalar rejas de seguridad y un muro de dos metros de altura para que este grupo de jóvenes no pueda acceder a los soportales».

El teniente de alcalde de Vivienda, Antonio Jesús Ruiz, ha subrayado que «la plaza no es de titularidad municipal, por tanto, no tengo competencias para actuar». De todos modos, Ruiz afirma que «pedirá que se tomen las medidas oportunas».

Por otro lado, el teniente de alcalde de Policía Local, Carlos Montero, ha manifestado que «he visto los problemas del barrio con los vecinos y he pedido a Jefatura que extreme las medidas de vigilancia en el barrio».

elpuerto@lavozdigital.es