Cultura prevé que las obras del retablo de Santa María concluyan en un par de meses
El convenio firmado con el Obispado establece que los ciudadanos tengan el derecho a visitar y disfrutar al retablo
Actualizado:Los trabajos de restauración del retablo mayor de la Basílica Menor de Santa María en Arcos podrían estar terminados en un par de meses aproximadamente, según anunciaron ayer la delegada provincial de Cultura, Dolores Caballero, y la alcaldesa de la localidad serrana, Josefa Caro PSOE). Ambas visitaron el tempo para comprobar el estado de los trabajos.
La delegada provincial explicó en la visita el trabajo que están realizando los técnicos, que han comenzado por restituir las partes que se habían caído o perdido, y donde «se está haciendo un gran trabajo desde hace un año». Asimismo ha indicado que el retablo presentaba algunos problemas estructurales de anclaje, así como la aparición de insectos xilófagos, pero principalmente «mucha suciedad, polvo y humedad, que pueda causar daños ulteriores». Posteriormente se procederá a la reintegración pictórica y barnizado.
Asimismo, ha recordado que la Junta de Andalucía ha hecho un gran esfuerzo en la restauración del retablo, una obra cofinanciada al 50 por ciento con el Obispado de Asidonia-Jerez, que supone una inversión de cerca de 260.000 euros y que ejecuta la empresa Ressur, SL.
El citado convenio estipula, además, el derecho a la ciudadanía a visitar y disfrutar del retablo, por lo que la iglesia permanecerá más horas abierta al público «y podrá ser visitada en todo su esplendor», destacó Caballero.
Por su parte, Caro destacó que uno de los objetivos más importantes que se marca el Ayuntamiento y la propia Delegación Provincial es el de «ver el retablo de Santa María, uno de los más importantes de la provincia de Cádiz, restaurado y en perfectas condiciones para que lo podamos disfrutar durante muchos años». Recordando que previamente, la Junta ha ejecutado la restauración de una de las bóvedas, que presentaba humedades y desprendimientos, antes de que los restauradores se volcaran de lleno en el retablo, convirtiendo la iglesia «en un taller de restauración».