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A LA ESPERA. Varios trabajadores montaban ayer guardia en la puerta del Ayuntamiento.
Jerez

Borrón y cuenta nueva

Una vez logradas sus reivindicaciones laborales, los tres empleados en huelga de hambre terminaron su protesta. Ahora sólo quieren olvidar

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La experiencia de pasar tres días en huelga de hambre «ha sido una fatalidad», indicó a este medio al presidente del comité de Las Calandrias, que junto a otros dos compañeros adoptó esta medida de presión -que abandonaron ayer- el pasado lunes, con una acampada además frente al Ayuntamiento.

La primera noche, a pesar del chubasco, la pasaron a la intemperie, entre cartones, y sin contar con la solidaridad del Ayuntamiento, «que no nos dejó entrar a dormir». Una actitud que el presidente del comité, Miguel Ángel Montes, calificó ayer de «inhumana», como hiciera el día anterior el PP. «Creíamos que era la casa de todos los jerezanos y nos han demostrado que no», remachó.

Ya el primer día, Montes trasladó el malestar reinante por el hecho de que no les dejaran instalarse en el Consistorio, recordando cómo «el presidente del Xerez, que es una empresa privada, estuvo encerrado allí media hora y consiguió que le dieran tres millones de euros». En este sentido, el presidente del comité llegó a lamentar entonces que «nos echen como a animales» y «no respeten la dignidad de las personas».

No obstante, sí agradeció la mediación del Ayuntamiento, a través tanto del delegado de Recursos, Juan Manuel García Bermúdez, como de la responsable de Medio Ambiente, África Becerra, que «ha sido muy importante para resolver el conflicto».

En malas condiciones

Volviendo a la huelga de hambre, tan «inhumana» fue la primera noche a la intemperie y tan complicadas las condiciones meteorológicas, que la segunda decidieron pasarla en la sede del sindicato Comisiones Obreras y la tercera en sus casas, aunque mantuvieron la huelga de hambre.

«Hemos conseguido salir adelante con todo esto gracias al apoyo que hemos tenido de todos los compañeros, que en turnos de doce horas han estado con nosotros» frente a las puertas del Consistorio. En total «unos 50 ó 60 de los casi cien que componen la plantilla», concretó.

«Al final ha merecido la pena, aunque lo único que queremos ahora que estamos en casa es olvidar todo esto, ya que es un poco triste que hayamos tenido que hacerlo para conseguir unas reivindicaciones justas», afirmó Montes.

Según el presidente del comité, «los dos primeros días fueron los peores». De hecho, en la segunda noche, que pasaron en la sede del sindicato de CC OO, una unidad móvil del servicio de Emergencias tuvo que atender a dos de ellos por síntomas de mareo, fatiga y dolor en algunas partes del cuerpo, debido a las condiciones que habían estado soportando.

Miguel Ángel Montes, junto a José Joaquín Soto y Guillermo Ramírez, dieron ayer por finalizado su, aunque corto gracias a que el problema se ha solucionado a tiempo, «infierno» particular. «Lo peor ha sido el frío, sobre todo con la lluvia; peor todavía que el hambre», expresaba ayer el presidente del comité de empresa.

Pero lo que más les indignaba era ver «cómo se estaba llevando la basura sin tratar a la planta de Verinsur, algo que nos perjudica a todos los jerezanos, que para eso pagamos nuestros impuestos». Además, los trabajadores denunciaron que esto iba contra su derecho a la huelga, al tachar la medida de «ilegal».

La intención en un principio era que más empleados se fueran sumando a la huelga de hambre en caso de que la dirección de la empresa no aceptara las reivindicaciones.

Era algo que ya se barajaba incluso el pasado martes, aunque el hecho de que las posturas se acercaran bastante hizo a los empleados desistir finalmente de esta postura.