cultura

La belleza de lo cotidiano

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Una luz vibrante toca con gracia los tejados de varias cabañas hechas de madera, es la misma que se abre paso entre la lluvia y gana la batalla a las sombras de grandes árboles que custodian un camino. Gente en la playa tomando el sol. Parece increíble, pero son imágenes de Rusia que algunos desconocedores de este gran país nunca hubieran asociado a un lugar que del frío ha hecho patria.

Mirilla indiscreta

Rusia Siglo XX es una mirilla indiscreta desde la que observar y empezar a conocer las peculiaridades de un país y una sociedad desconocida. «El diario del pueblo ruso, sus relatos, sus vidas, sus paisajes ...» es lo que el Castillo de Santa Catalina encierra entre sus muros, explicó ayer el embajador Ruso en España, Alexandre I. Kuznetsov en la inauguración que presidió la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez.

El recorrido comienza tras cruzar el Patio de Armas y entrar en la sala principal. Los cuadros dispuestos en la pared van dibujan a una mujer totalmente integrada en el mundo laboral, el bullicio del mercado o los ratos de ocio junto al mar.

Si se sube a la segunda planta se encuentra un universo más simbólico, donde dos de las piezas cobran especial protagonismo. Lluvia en el bosque de Igor Sushenok y Verioskas (Abedules) de Alexei Butov, la dos novedades que presenta la muestra. Estos óleos se exponen por primera vez dentro de la muestra, que a pasado por ciudades como Madrid, Málaga o Sevilla. Siguiendo recorrido, atrás se quedan los bodegones, las flores y los retratos de la ciudades y la naturaleza para entrar en un mundo infantil.

Inocencia y realismo

«Queríamos que el arte enganche a los más pequeños, por le hemos dedicado una sala donde ellos se puedan ver representados». De esta manera, Dolores Tomás describe un espacio donde los niños son el eje central. Inmersa en el libro que tiene sobre las manos y con las mejillas sonrosadas, la ternura que desprende la Niña leyendo que firma Pavel Shardak no deja indiferente a nadie. El interés de la sociedad rusa por la educación y la escuela está muy presente. Un claro ejemplo es Hoy al colegio de Tatiana Shevchenko y otras pinturas cuyo motivo central es el primero de septiembre, día en el que comienza el curso escolar ruso.

A medida que se avanza dentro de la sala, la inocencia infantil va cediendo paso al realismo soviético. «Es una pintura dentro de lo que cabe amable», destacó la comisaria. «Es un periodo muy corto en el tiempo, pero debe estar recogida en la muestra». En este espacio, Las supervivientes (Leningrado) de Piotr Litvinski uno de los óleos más impresionantes, sus caras son fiel reflejo de las secuelas del horror de la guerra.

Las piezas, que permanecerán en el Castillo de Santa Catalina hasta el próximo 29 de junio, fueron escogida entre casi 3.000 obras, producción que pretende erigirse como «muestra representativa de una pintura desconocida», señaló Dolores Tomás. Desde su primer viaje a Rusia se propuso recuperar una pintura «que estaba perdida, guardada en los fondos de muchos museos».

Esta esencia de Rusia permanecerá casi dos meses en Cádiz. Una oportunidad única para conocer el testimonio de la historia de este país y de sus habitantes narrada a través de su universo más cercano y sus vivencias cotidianas.