ALBAÑIL. Un operario de la construcción trabajando en un bloque de viviendas de la capital. / MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Los empresarios aseguran que no hay sector capaz de absorber el paro de la construcción

El presidente de la Confederación gaditana y el de los promotores inmobiliarios de la provincia ven complicada la viabilidad de recolocar a estos trabajadores La hostelería da por hecho que acudirán a por empleo a los bares en verano

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El fantasma de la crisis recorre España. Inevitablemente, Cádiz también se verá afectada. El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha puesto la venda antes de ser investido presidente para la legislatura que comenzó hace unos días y anunció una serie de medidas en la sesión de investidura para capearla, aunque en todo momento se refirió a ella como «desaceleración económica». El presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Miguel González Saucedo, demandó ayer al respecto al Gobierno que adopte medidas valientes de forma urgente para afrontar la crisis.

Zapatero prometió la puesta en marcha de un plan para la recolocación de los parados que pueda generar el sector de la construcción, lo que indica que entra dentro de las previsiones de la Administración que una marea de obreros de este tipo queden desocupados en los próximos meses. González Saucedo declaró al respecto que no cree que sea viable la reubicación en otros empleos de tal cantidad de mano de obra. El presidente de la Federación Provincial de Agrupaciones de Empresarios de la Construcción de Cádiz, Emilio Corbacho, por su parte, también puso ayer en duda que un plan de este tipo sea capaz de aportar soluciones eficaces a esta cuestión. El empresario señaló que el número de trabajadores del sector de la construcción en Andalucía es de medio millón, de los que 70.000 se encuentran en la provincia de Cádiz. «Pensar en planes de recolocación supone que ya existen otros para la absorción de estos excedentes laborales por parte de estos sectores y esto es algo muy difícil por que estamos hablando de miles de de trabajadores», señaló Corbacho.

Reciclaje

El constructor apuntó que, por otra parte, sería necesario formar a estos desempleados para que se pudieran reciclar y prestar sus servicios en otras empresas ajenas a la promoción de viviendas. «No conozco ningún sector, si acaso el de servicios (y sólo una parte), que sea capaz de absorber tal cantidad de desocupados», indicó el presidente provincial de los promotores inmobiliarios. A este respecto, el presidente de los hosteleros gaditanos, Antonio de María, señaló que el personal de este sector siempre se ha formado en los negocios y que no sería necesario que realizaran ningún tipo de formación previa. De María puso de manifiesto que, desde hace años, los trabajadores de la construcción no acuden a la hostelería en la temporada alta estival en busca de empleo. «Si la crisis se ceba con este sector, los desocupados que vengan de él volverán en verano a la hostelería, como ha ocurrido siempre», añadió el empresario. El presidente de la Cámara de Comercio de la provincia, Ángel Juan Pascual, también incidió en que sería necesario reciclar a estos trabajadores para orientar sus capacidades hacia otros sectores productivos. «Habrá que formarlos del mismo modo que se está haciendo los ex empleados de Delphi», dijo en referencia a los 1.902 antiguos trabajadores de la factoría de componentes de automoción.

Temporalidad

Otra de las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno en materia laboral ha sido la de crear políticas dirigidas a reducir la temporalidad en el mercado laboral hasta el 25%. De María ironizó al respecto y dijo que «tendrán que empezar por su propia casa y eliminar la temporalidad en la Administración, que está plagada de interinos». El portavoz de los hosteleros de la provincia señaló que el sector ya está regulado por su convenio laboral y que se rigen por él. «Si una empresa se ve obligada a cerrar durante el invierno a causa de la propia temporalidad que es inherente al sector porque la clientela sólo acude en determinadas épocas del año como puede ser el verano o en fiestas locales, ¿cómo va a hacer fijos a sus trabajadores?», se preguntó De María.

Respecto a esta medida, Juan apuntó que habría que ver hasta qué punto lo admite el mercado. Aunque no se mostró contrario, indicó que este tipo de normativas pueden ser problemáticas, a pesar de que es fácil estar de acuerdo con su espíritu de normalizar la situación laboral de los empleados. Juan dijo que habría que tener en cuenta las particularidades de cada sector y que dentro de cada uno de ellos, cada empresa tiene sus propias peculiaridades.

jlopez@lavozdigital.es