«Esta vez no entró el agua»
Los vecinos de zonas como La Liberación y El Portal pasaron el día de ayer mirando al cielo y esperando que la tormenta pasara de largo sin consecuencias
Actualizado: GuardarLa inmensa tromba de agua que cayó ayer en la ciudad provocó que decenas de hogares se mantuvieran en alerta a lo largo de toda la jornada. Y es que era inevitable recordar lo sucedido hace sólo siete meses, cuando vecinos de distintas barriadas -especialmente de La Liberación- vieron impotentes como el agua entraba en sus hogares arrasando a su paso con muebles y demás objetos personales, que quedaron absolutamente inutilizables.
Por ello, desde muy temprano, los residentes en La Liberación estuvieron expectantes. «A primera hora nos ha llamado un vecino y nos ha advertido de que el agua comenzaba a correr como un arroyo por la calle, inmediatamente hemos colocado los muros de 30 centímetros en las puertas de casa para evitar que entrara el agua», comentaba a este medio uno de los habitantes más veteranos de la zona.
Mientras que muchos miraban al cielo esperando ver un rayo de sol que anunciara un receso de la tormenta, los operarios de Ajemsa mantenían abiertas las pocetillas para que «traguen mejor el agua», algo que ha ayudado a que «esta vez el agua no haya entrado en las casas, aunque si sigue lloviendo así todavía puede pasar de todo», señalaba otra de las vecinas con notable preocupación. «Esperemos que la alcaldesa cumpla su palabra y las obras empiecen cuanto antes, porque ésta no es forma de vivir», insistía otra de las afectadas.
En El Portal, sus habitantes también miraban al cielo, aunque esta vez con la convicción de que «el río estaba muy seco, por lo que estas lluvias lo que le ha dado es un cauce muy bajo que no provocará, de momento, inundaciones», matizaba Diego Almodóvar, presidente de la asociación de vecinos de la barriada y ex delegado de Alcaldía. Diego es uno de los que mejor conoce los problemas que pueden derivar del mal tiempo en El Portal y por ello subrayó que «eso sí, si continúa lloviendo así varios días, entonces si habrá que comenzar a preocuparse. De momento tacamos madera».
Un situación totalmente diferente fue la que se vivió en las inmediaciones de San Telmo. Sus calles se convirtieron en un improvisado río que impidió a los jerezanos que residen en la zona salir de sus casas.
En San José Obrero el agua también hizo de las suyas y el puente que une la barriada con Palos Blancos sufrió un hundimiento en el que los bomberos tuvieron que intervenir mientras que los habitantes del barrio observaban desde sus ventanas lo ocurrido. Otro boquete en la calzada, pero esta vez abierto por los técnicos de Ajemsa, fue el que llamó la atención de los vecinos de Icovesa. De hecho, el colapso del sistema de alcantarillado en buena parte de la Zona Norte obligó a los técnicos a llevar a cabo unas obras de urgencia en la avenida Amontillado para evitar que el agua inundara la zona, según hicieron saber los trabajadores a este medio envueltos en una intensa lluvia.
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