Francisco Sibón realizó la primera toma de datos, en el 82, de los restos del Teatro Romano. / LA VOZ
Cultura

«No se puede entender la historia de la arqueología de Cádiz sin Paco Sibón»

Amigos y compañeros rindieron ayer en el Ateneo de Cádiz un homenaje a la figura y la profesionalidad de José Francisco Sibón, fallecido el pasado jueves «Era un entusiasta de su trabajo que compartía con generosidad su conocimiento con todo el mundo», destacaron sus allegados en una emotiva y sentida tertulia

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«Resulta difícil y complicado retomar estas tertulias, pero creo que es la mejor forma con la que podemos honrar la memoria de nuestro querido amigo y compañero». Con estas palabras, el arqueólogo Ángel Núñez presentaba la tertulia que ayer rendía en el Ateneo de Cádiz tributo a la memoria de Francisco Sibón Olano, fallecido el pasado jueves.

«Paco Sibón participó en el primer ciclo de estas tertulias sobre arqueología que iniciamos el pasado año», recordaba el presentador. «Incluso en la pasada, mencionamos uno de sus trabajos». Núñez hizo entonces un breve repaso por la fructífera trayectoria de El Rubio (como lo conocían sus compañeros y familiares). Recordó su importante labor en las excavaciones de la calle Ancha- «fundamental para el conocimiento del asentamiento fenicio»-además de su trabajo en el hallazgo de las tumbas encontradas en la calle Descalzos, un yacimiento que codirigió.

También destacó su gran pericia en el descubrimiento del taller de terracota fenicio-romano del siglo IV a. C encontrado en Juan Ramón Jiménez, o su importante labor en el Teatro Romano o Baelo Claudia, entre otros relevantes parajes arqueológicos de la provincia.

Pero al margen de su incesante carrera profesional, Núñez quiso destacar su «personalidad abierta y bondadosa». «Nos daba a todos datos sobre sus excavaciones con total generosidad. Disfrutaba con su trabajo y nos hacía disfrutar a los demás».

Tras las palabras de Ángel Núñez, fue Ramón Corzo, «gran amigo y compañero» de Sibón, quien quiso ensalzar su figura. «Rubio empezó a trabajar en el Museo en el año 82-recordaba-tuvo un papel muy importante desde el principio que realizó con gran entusiasmo y conocimiento».

El profeso Corzo reparó entonces en una de las misiones que más añoranza le provocaba. «Fue el control de los trabajos de dragado en la entrada del puerto de Cádiz. Teníamos que recuperar el mayor número de material sin recursos económicos y sin apoyo institucional. Rubio era el que más conocía de balística y pudimos rescatar 50.000 piezas gracias también a sus ingenio con la pesca».Corzo continuó desgranando el amplio currículum de su amigo: los principios «fatigosos» del Teatro Romano a principio de los años 80, su estancia durante tres años en las ruinas de Itálica, el paso por Córdoba, o su empuje en Doña Blanca. «La historia de la arqueología gaditana de los últimos 25 años no se entiende sin Paco Sibón», concluyó.

El resto de compañeros del profesor Sibón destacaron también su cordialidad y su buen hacer en las excavaciones. Uno de sus alumnos, Paco Alarcón, recordó como le invitó a contemplar su primera prospección. «Desde entonces fue un compañero de trabajo, de piso y de diversión. Fui mi maestro y amigo», comentó emocionado. «La arqueología gaditana ha perdido a uno de sus principales valedores. Nos queda todo lo que ha hecho».

malmagro@lavozdigital.es