«Nadie se pregunta en el cine español qué está haciendo mal»
El director canario ha fichado por Spielberg tras reventar las taquillas americanas con '28 semanas después'
Actualizado:Cuando Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967) estrechó por primera vez la mano de Steven Spielberg en su rancho de Hollywood le sorprendió lo «preciso» que fue el autor de Tiburón. «Se interesó por soluciones técnicas de 28 semanas después, por cómo había rodado el primer ataque de los zombis». La secuela de 28 días después fue la segunda película más taquillera el fin de semana de su estreno en EE UU, sólo superada por Spider-Man 3.
Aquella charla fructificó en un contrato firme para rodar un thriller sobre una obsesiva persecución con aroma al cine de los años 70. Nominado al Oscar por su corto Esposados, el autor de Intacto -cuyo remake prepara otro estudio- vive entre Los Ángeles y Madrid. Sólo viaja con una maleta. El Festival de Málaga le ha otorgado el Premio Eloy de la Iglesia junto a su productor habitual, Enrique López Lavigne.
-Fresnadillo se va a Hollywood. Suena como las folclóricas que se iban a hacer las Américas.
-Hollywood ha sido mitificado. Cuando estás allí descubres que el mito ha sido muy bien alimentado. Ha sido y sigue siendo un punto de encuentro de cineastas de todo el mundo. Un escaparate que se alimenta del talento extranjero. Hollywood también significa la gran industria. Me hace gracia: ¿por qué no sería noticia Fresnadillo se va a España? Desde Intacto supe que lo más interesante de viajar es que siempre acabas por volver.
-¿El cine español se le ha quedado pequeño?
-Evidentemente. Soy un emigrante, mi hueco está en otro sitio. No sé si en Hollywood: puedo estar en Inglaterra, Japón... Mis historias son abiertas, tienen un lenguaje universal, y no se pueden amortizar con el público de aquí. Me siento un español viajero que tiene que salir. A veces tengo la sensación de que vivo en un avión...
-¿No es un poco precipitado recibir un homenaje con sólo dos filmes?
-No es un homenaje, sería ridículo con dos películas y dos cortos. El Premio Eloy de la Iglesia recompensa a cineastas que hayan conseguido retos no habituales. Me siento honrado, porque Eloy trabajó desde los márgenes y consiguió llegar al gran público.
-¿Cómo va Wednesday, su proyecto para Spielberg?
-En stand-by por la huelga de guionistas y a la más que probable huelga de actores en julio; este año es muy raro para estar en Hollywood. Mis energías las dedico ahora a un proyecto que rodaré en inglés en Madrid. Otra cinta viajera.
-¿Le parecen justas estas huelgas?
-Entiendo sus demandas. Internet y los DVD son las ventanas de difusión del futuro, y los guionistas y actores demandan su parte. Lo que resulta inquietante es que hayan provocado que se paralice la industria. Y cuando vives de esto resulta frustrante.
-¿Cómo es Spielberg?
-Los mitos desaparecen cuando los conoces. Spielberg es un tipo que me sorprendió favorablemente por lo preciso y detallista que es. Va al grano. Y tiene el poder de visualizar la película que le cuentas. Se interesó por cómo había conseguido el frenesí de las primeras secuencias de 28 semanas después, cuando los infectados atacan la casa. Se nota que disfruta rodando. Un mago que le pregunta a otro mago cómo ha hecho un truco. Todo un halago viniendo de uno de los grandes.
- 'Los otros', 'El orfanato', 'REC'... Pertenece a una generación de directores fascinados por el terror.
-No hemos vivido miedos reales como la Guerra Civil o el franquismo. Por eso tenemos fascinación por horrores fabulados y fantásticos. Necesitamos fantasmas heredados casi como una compensación. Es curioso cómo el cine español de más éxito es el de terror.
-Usted que ha rozado el Oscar, reclutado a Max Von Sydow, rodado en inglés... ¿Qué piensa de la identidad cultural, de la protección a nuestra cinematografía?
-Me siento totalmente ajeno. Debe ser porque soy canario. Tenerife es muy conservadora, pero actúa como puente entre Europa, África y Sudamérica. Estamos en medio de ninguna parte, hay zonas de la isla donde sólo se habla inglés... No siento una identidad cultural, sino global. Puedo conectar mejor con un asiático que con alguien que haya nacido a 50 metros de mi casa. La identidad es una cárcel que no te permite descubrir otras cosas ni comunicarte con quien no tiene nada que ver contigo. Hay que defender las películas, no los cineastas.
-¿Por qué todos los estudiantes de cine quieren ser Amenábar?
-Es el referente de un director que tiene éxito mundial. El estandarte de un lenguaje contemporáneo, un cine que afortunadamente conecta con el gran público. Que los estudiantes quieran ser como él y no como James Cameron es una victoria.
-¿Por qué el cine español se parece cada vez más a la televisión?
-El cine español ha tenido mucha influencia en el pasado del teatro, de lo oral. Y el cine tiene que ser eminentemente visual, las historias tienen que contarse en imágenes. El diálogo es un bonus, nunca debe ser el motivo de la historia. Otra cosa es que las historias que te cuentan no te interesen un carajo. El cine español no está consiguiendo arrastrar público a las salas. Falta autocrítica. No veo que nadie se pregunte qué estamos haciendo mal. Nos hacemos las víctimas y empezamos a buscar culpables: que si el Gobierno, la Ley... ¿Por qué las teleseries arrasan y el cine no? ¿Por qué la estrella de este festival es El Duque y no un actor de cine? Ya vale de actitudes victimistas y quejicas, que sólo crean mala imagen.