La lluvia en el salón
Los vecinos de Pericón de Cádiz, 19 vieron ayer cómo sus casas se inundaban por las filtraciones que tiene la finca
Actualizado:Se veía venir que iba a pasar esto. Precisamente, el viernes íbamos a mantener una reunión con el promotor de la obra, Antonio Reiné, de promociones de San Miguel, para que solucionase el problema, pero no nos ha dado tiempo. La lluvia se ha adelantado y las deficiencias de la estructura del edificio han salido a la luz», sentenció Gema Rosso, sobrina de la inquilina del primer piso de la finca número 19 de la calle Pericón de Cádiz, Concepción Rubiales.
El agua de la lluvia de los últimos días se ha ido filtrando por la azotea y por cada una de las fisuras de la casa. Y ayer, las paredes de la vivienda de Concepción estaban empapadas. Tanto, que el agua ha llegado hasta el piso y ha inundado el pasillo y todas las habitaciones. El temor a un cortocircuito le llevó a cortar el suministro de la luz. Ella, con paciencia y resignación, ha recogido todo el agua de la lluvia a la espera de una pronta solución.
Mientras, su marido acudía al Ayuntamiento de Cádiz para denunciar lo sucedido. Sin embargo, y según Gema Rosso, en el Consistorio han señalado que el responsable «es el propietario de la finca y el promotor».
Promociones San Miguel también fue avisada ayer mismo del incidente en la finca y, «tras una larga conversación, finalmente mandaron a dos obreros por la tarde para comprobar las filtraciones, y han abierto un boquete como desagüe para el agua que ha entrado en la casa», señalaba la sobrina de Concepción Rubiales.
El propietario de la finca, Agustín Rubiales, no se ha responsabilizado de los sucedido porque, según Rosso «él ya advirtió al Ayuntamiento y al promotor que la finca no reunía las condiciones de habitabilidad suficiente pero, finalmente, el Ayuntamiento la concedió».
Más de dos años
El problema en la finca número 19 de Pericón de Cádiz no surgió ayer. Desde junio de 2006 los vecinos alertaron de la deficiencia de la estructura del edificio. Entonces, comunicaron la aparición de fisuras al propietario que, tras una primera inspección, señaló que lo idóneo era derribar la finca y construir una nueva. De hecho, los vecinos -seis en total- fueron desalojados.
El promotor señaló que esta actuación no era necesaria y que ellos realizarían obras de rehabilitación e, incluso, indemnizaría a los inquilinos, en concreto a Concepción Rubiales, por los daños en su mobiliario (los muebles, la cocina y un sofá). Al final, sólo le concedieron 500 euros para todos cubrir todos los destrozos del desplome del piso.
Tras hacer las obras que, como comentó Gema Rosso, «fue sólo un relleno de las fisuras, sin fijar bien la estructura», los vecinos -a excepción de uno- volvieron a la casa. Pero en septiembre del año pasado surgieron nuevos problemas, «y avisamos al promotor, pero nunca escucharon nuestras reclamaciones». Los vecinos también creen que el Ayuntamiento de Cádiz es responsable de lo que está sucediendo «porque ellos sabían que en la casa no se puede vivir y, sin embargo, aprobaron el certificado de habitabilidad. Ahora sólo nos queda rezar para que no suceda una desgracia».
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