TRIBUNA LIBRE

Lo que hay por detrás y por delante del derribo de la Aduana

P rometí hace algunas semanas que trataría de no volver a escribir sobre el tema del derribo de la Aduana. No sólo por el encasillamiento, en general, que el público me sitúa, sino porque no todo el mundo entiende que haya personas, -y somos mas de 3.000- que al salir en los medios (son ellos los que eligen la foto), puedan generar tanto impulso en un asunto, que una minoría pueda entender como inútil, contrario y creador de enemigos en el camino.

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Pero los últimos acontecimientos, -no previstos ni por el Foro contra el derribo, menos por la Academia de Bellas Artes, ni por mí: un firmante más-, se han ido desarrollando de manera que cabe aclarar ahora mejor, con lo que ello significa al seguirme exponiendo, -es el difícil caminar-, lo que hay delante y detrás de la Aduana. No crean que sea solo una estación de 1905 o una glorieta con coyunturales banderas precarias y desgarradas.

Por detrás está un mal entendido proyecto para la ciudad de Cádiz. Aunque algunos me echen en cara no haberlo dicho antes, pese a que esté en todos mis artículos, se trata de saber que se quiere hacer en el PGOU de Cádiz en ese frente de levante, donde inciden muchas infraestructuras en fuertes cambios: puente, nuevos barrios, astilleros, ferrocarril, estación de autobuses, zonas ociosas, puerto, entrega entre el Cádiz Histórico y el ensanche de Puertas de Tierra, etc. Es el enclave más identificativo de nuestra ciudad desde tierra y mar, en el paso de la cortadura monumental con las enormes, únicas y fantásticas Puertas de Tierra. Algo por lo que deberían haberse preocupado de otra forma y a futuro los planificadores urbanos del Ayuntamiento. Y por supuesto Patrimonio de la Junta hace tiempo, a pesar de no haber estado el entorno.

¿Qué hay por detrás?. Por detrás está una plaza, que es la única que existe: el Muelle ciudad, y no la mínima rotonda, que algunos eufemísticamente quieren llamar Plaza de Sevilla (que protección a algo que ha sido siempre falso tabú en esta ciudad), cuando siempre será y seguirá siendo una glorieta de tráfico.

Por detrás está un proyecto especulativo, esperemos cuando se vea el faro-hotel, que surgió con muchos dineros políticos: viviendas privadas, hotel, etc. Un plan que ganó, con relativa promulgación pública, un estudio de arquitectura ajeno a la dinámica de lo que aquí se cuece, pero cercano a la dinámica de lo que se cuece afuera, que, bajo mi opinión, sólo pretendía sacar el dinero suficiente para pagar la operación. Nunca entendió que era sólo un intercambiador público de transportes y lo convierte en espectáculo propio.

Por detrás esta también, el empecinamiento de quienes no comprenden que la acción popular tiene derecho a plantearse, no cuando interese atarlo al trámite administrativo, sino cuando lo entienda oportuno, en el momento que surja la inquietud, el ciudadano soberano que es quien lo propone. Y por detrás está una ciudad, que sumergida en los francotiradores internos, no es capaz de resurgir al respeto de nuevas ideas, que aunque siendo escritores gaditas no son suyas, y arremeter contra todo lo que se mueve. Cobrando por sus palabras y con intereses directos que no saben admitir. Porque esa es la conciencia gaditana que ha llevado esta ciudad, en muchas ocasiones al cómodo: que trabajen otros lo que yo digo pero que a mí me paguen por decirlo y no por hacerlo. Responsabilidad señores.

¿Que hay por delante?: Por delante hay una serie de personas que a cambio de Nada, esta es la gran diferencia que pocos entienden, pero clave, porque no nos mueve sino el interés de evitar a los gaditanos gastos superfluos de arquitectos de moda, o presiones de políticos presionados, o imprevisiones de técnicos que quieren jugar a todo menos al honor de leal saber y entender o intentar una ciudad progresista, mejor y con sólo con eso, sentirse ciudadanos.

Por delante está el rescate de un concepto al que no está acostumbrada esta democracia tan joven: a escuchar a los que quieren decir algo. Es tan endogámico, tan aparatoso y autodefensivo el espectáculo político, que parece que el ciudadano ha dejado de existir, y simplemente aparece cada cuatro años, como un humilde y sometido viajero que obedientemente se levanta del asiento al concurso del voto.

Por delante está la vigencia de un poder civil, que se manifiesta en la ciudad liberal, y que es capaz de ofertar otras soluciones al caudaloso impulso de las contradicciones políticas, que no piensa, enturbiada, y cree casi siempre que todos están contra el.

Por delante está la realidad de una natural y sana crítica, educada, señora y no merecedora del despotismo ilustrado de nuestras recientes administraciones que, confundidas con sus prejuicios, tratan estas opiniones como si fueran enemigas etiquetadas fatuamente de políticas de causa, sin el menor respeto.

Por delante están las contradicciones de quienes mandan administrativa y políticamente en las cuestiones públicas, que no tienen el menor sonrojo en decir lo que les place sin tapujos ni respetos al trámite o a sus compañeros, o como algunos sospechamos, que los temas se deciden por encima de lo que pida y opine el ciudadano, de los políticos y lo que es peor, de la ley, sea de las Administraciones Públicas o del Patrimonio, y esto es preocupante en nuestro estado de derecho.

Finalmente: por delante está todo un magnifico camino de libertad de opinión, respetando incluso a los que no estén de acuerdo con esta propuesta, aunque sean de los propios medios, como siempre hemos hecho, pero las nuestras defendidas y justificadas sin maquinaria, desde el Foro, de la Academia de Bellas Artes, de la Academia Hispano Americana, de los agentes de Aduanas, de varias asociaciones de vecinos, de muchos técnicos, de intelectuales y de gente que trabaja y mucho por esta ciudad, y mas de 3.000 firmas de personas con D.N.I. que estamos dispuestas a que no nos tomen el pelo, y que si hacen lo que quieren hacer, y si lo tienen decidido desde hace mucho tiempo, por lo menos no hagan perder mas el tiempo a nuestra ciudad, y tengan la vergüenza de admitir que lo hacen porque les da la gana, y no con arreglo a tramite y derecho. Salud.