PROTESTAS. Última manifestación en el CEIP Montealegre. / J. C. C.
Jerez

La Flampa recuerda que el Montealegre lleva dos años esperando la ampliación

La Federación denuncia otros incumplimientos como la reducción de la ratio en Jerez

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Ante el nuevo proceso de escolarización, la Federación Local de Asociaciones de Madres y Padres de Jerez hizo ayer un repaso a la situación de la educación en la ciudad y destacó algunos «incumplimientos» de la Administración educativa. Entre otras cosas, los representantes de la Flampa -con su presidenta Rosa Saborido a la cabeza- recordaron que el CEIP Montealegre lleva tiempo esperando el comienzo de las obras del nuevo aulario de Infantil: «Hace dos años que se anunció el inminente inicio de las obras y aún no se ha puesto un ladrillo». Mientras, los alumnos de 3, 4 y 5 años reciben sus clases en un prefabricado.

La Flampa destaca igualmente «los tres años de construcción del inacabado IES Caballero Bonald, el bochornoso devenir de la obra en Guadalcacín o el despropósito educativo del enganche ilegal a la red eléctrica del Conservatorio durante tres años y su solución. Esta ausencia de rigor y seriedad suponen una falta de respeto a los ciudadanos, que nos gustaría que se tuviera presente como modelo de lo que no puede volver a ocurrir».

El colectivo se refiere además a las nuevas obras de mejora que emprenderá la Delegación Provincial de Educación en una veintena de centros educativos de la ciudad: «Nos parece un primer paso de todo un proceso que culminará cuando salgan los albañiles de los colegios. Celebraremos entonces que se lleven a cabo intervenciones integrales, que se realicen cuantas tareas sean necesarias en cada centro para disponer de instalaciones dignas, seguras y libres de barreras arquitectónicas».

Además, la Flampa se preocupa «por el contenido». Aseguran que «estamos a la espera de que la Administración educativa nos informe de la puesta en práctica en nuestro municipio del acuerdo suscrito por la Consejería de Educación para la reducción de la ratio en un número determinado de centros educativos».

Por último, destacan «la incoherencia de la Consejería que, por un lado, promueve la conciliación de la vida laboral y familiar y, por otro, desasiste a los niños de corta edad al no generalizar la figura del monitor de puericultura».