Crisis en el Ayuntamiento de Cádiz
Aunque la alcaldesa niegue lo evidente, existe una crisis en el equipo que gobierna el Ayuntamiento de Cádiz. Es una palabra que, ante el electorado, vende inseguridad, o incluso una pelea por el poder, y por eso se intenta esconder, sabiendo que el votante castiga los titubeos de liderazgo y las luchas internas. Pero es la palabra más precisa para describir la situación interna de ese Ayuntamiento. Crisis es todo cambio importante que pone en duda la continuación, como hasta ahora, de un proyecto. Alguien nos debería explicar cuánto nos cuestan estos cambios. No es un hecho menor que abandone el primer teniente alcalde, Loaiza, responsable además de todo el urbanismo de la ciudad, justo cuando se debe aprobar y aplicar un nuevo PGOU y, precisamente, se depositan muchas esperanzas de crecimiento en esa nueva ordenación de la ciudad. También extraña que si todo es tan normal como se asegura, ese abandono se anuncie con la alcaldesa de viaje y sólo días después de que ésta declarase que no haría cambios en su equipo y que Loaiza seguía en su puesto. Aquí mismo, a la vista del importante crecimiento de votos socialistas en Cádiz, comentamos que se había apostado por mantener cohesionado el equipo municipal ante el riesgo cierto de perder las próximas elecciones. Ahora, al contrario, tenemos un gobierno más débil, inmaduro, falto de formación y de experiencia y que, además, sobrecarga el trabajo en unos pocos.
Actualizado:Y no sé si es peor que para negar una pelea interna se nos presente tan raquítico el banquillo político del partido. Estoy seguro de que existen militantes y simpatizantes populares suficientemente preparados para representar esa ideología o para gobernarnos en su caso, pero, al final, los nombres se repiten en todas las elecciones y, sinceramente, dan la impresión de que el mal pagado voluntariado político deja afuera a los más notables. En las pasadas elecciones, nueve de los quince candidatos populares al Parlamento Andaluz por la provincia eran cargos municipales. Para el Congreso, fueron cinco de nueve, y todos los que aspiraban al Senado. ¿Toda la gente preparada del partido está ya en los Ayuntamientos? Ocurre, así, en la práctica, que muchos Ayuntamientos se desatienden por acumulación de cargos. Podrán quejarse los aludidos de que su capacidad de trabajo es bien grande, que no dudo, pero nadie puede estar a la vez en dos sitios distintos. En ese sentido, tiene razón Arenas cuando reclama la exclusividad de sus parlamentarios. Pero no la tuvo su partido cuando autorizó esas listas que desmantelaban los municipios, incumpliendo los compromisos adquiridos con sus ciudades.
La misma presencia de Teófila Martinez en el Congreso supone que, esos días, los que sean, no ejercerá de alcaldesa. Aunque se anuncie una especie de mando a distancia, por algo existe la figura legal del alcalde en funciones. En la remodelación provocada por esta crisis, asciende a ese cometido José Blas, que iba cuarto en la lista a las municipales. En la práctica tendremos, muchos días, una «bialcaldía», bien alejada de lo que eligieron los gaditanos. ¿Lo tendrán en cuenta quienes votaron liderazgo personalista?
También la acumulación de cargos importantes por Romaní plantea dudas sobre su eficacia. Aunque pueda explicarse en clave política interna, no parece el más cualificado técnicamente para llevar Urbanismo. Estará en prácticas. Quizás lo podía haber hecho el abogado Ortiz y asociar, como debe ser, el modelo de ciudad con el relanzamiento esperable del Bicentenario. Poco se ha dicho, en cambio, de la grave acumulación, en el mismo Ortiz, de los cargos de responsable municipal de Comunicación y presidente de Onda Cádiz. Por el primero, debe transmitir los logros de su gobierno pero, por el segundo, debería garantizar la neutralidad informativa de un medio público. Aquí no se guardan ni las apariencias. ¿Se imaginan el revuelo si la vicepresidenta De La Vega fuera nombrada, a la vez, presidenta de Televisión Española? El equipo queda, en fin, como de «gente joven» para la alcaldesa y «de juveniles» para la oposición. El mismo dato interpretado con distinta valoración. ¿Quién debe pagar el periodo de aprendizaje de concejales bisoños? En la empresa privada se lo tomarían con más seriedad.