Opinion

Banderolas y patrimonio

Estos días pasados, ha tenido lugar una nueva ofensiva contra la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, a cuenta de los agujeros practicados en las fachadas de determinados edificios protegidos para colocar las banderolas anunciadoras del Bicentenario de la Constitución de 1812. Pienso que esta polémica responde sólo al interés de los socialistas por desgastar a la alcaldesa, pues, mientras tanto, Ayuntamiento y Junta de Andalucía, con su pasividad, han permitido que un edificio situado en la Calle Ruiz de Bustamante número 4, catalogado con el nivel uno de protección, lo cual obligaba a respetar los aspectos básicos de su distribución interior, haya sido completamente demolido por dentro. Sólo se mantiene la fachada, a pesar de que los vecinos de las casas colindantes llevaban casi un año denunciado los hechos.

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La finca, que aparece estudiada en la Guía de Arquitectura de Jiménez Mata y Malo de Molina con el número 59, presentaba un interesante patio barroco con arcos de medio punto peraltados, que descansaban sobre columnas de mármol, e, incluso, contaba con un brocal de aljibe del mismo material, coronado por una crestería de forja. Cuando el Ayuntamiento ha intervenido todos estos elementos artísticos ya han desaparecido.

Frente a un atentado tan censurable contra nuestro patrimonio, la cuestión de las banderolas resulta ridícula. Y, por cierto, si tanto preocupan a la Delegación de Cultura de la Junta los agujeros taladrados en edificios históricos, ¿por qué permitió que el nuevo equipo de megafonía de la Catedral se instalara perforando sin piedad las columnas de mármol del templo?

Ante gravísimas destrucciones de nuestro patrimonio, como la que se ha llevado acabo en la citada finca de Ruiz de Bustamante, es necesario que las autoridades competentes actúen con mucha más diligencia y que se endurezcan las sanciones. No basta con imponer multas de dudosa efectividad, habría que pensar, por ejemplo, en la expropiación de de los edificios históricos destruidos.

Francisco Javier Barea.