Los empresarios de Pelagatos critican su «inseguridad» tras los últimos robos

El robo sufrido el pasado viernes al mediodía por el propietario de la constructura Galvín y Fresno, a las puertas de la oficina que posee en el polígono Pelagatos, ha puesto de manifiesto el temor que tienen muchos de los comerciantes y empresarios que trabajan a diario en esta populosa zona.

Durante el día de ayer LA VOZ pulsó de primera mano el ambiente en algunos de los establecimientos de Pelagatos, y el resultado no puede ser más desalentador. La mayor parte de empresarios considera que «no hay seguridad» en el recinto, y que la presencia policial es meramente testimonial cuando no nula.

Así lo ratificaba Patricia Mora, responsable de Arcos Cocinas, que fue una de las trabajadoras del recinto empresarial chiclanero que vivió en primera persona el atraco a Juan Galvín. «Me llamó mucho la atención ese día los dos chicos corriendo, pero no le dimos más importancia, todo fue muy rápido y luego supimos que se trataba de un robo a pleno día».

Patricia insiste en que la sensación que tienen desde entonces es de «mucha inseguridad». Ella considera que «no sólo debe aumentarse la seguridad por la noche o cuando las empresas cierran sino a cualquier hora».

Algo similar opina Manolo Mota, responsable de Electricidad Mota y Díaz, que desde su oficina atendió ayer a este medio para lamentar «la falta de seguridad y el temor que tienen muchos empresarios de Pelagatos».

Entidad de Conservación

Las palabras de este empresario vienen acompañadas por las críticas a la poca presencia de policía o Guardia Civil en el recinto a diario. «Ver aquí a la Policía Loca es casi imposible», asegura.

Ambos opinan que para aumentar la tranquilidad de las empresas y de los empleados de éstas a partir de ahora «habría que incrementar la seguridad e incluso contratar vigilancia privada».

Precisamente esa es una de las líneas en las que trabaja para paliar este incremento en la sensación de vulnerabilidad ante los amigos de lo ajeno el presidente de la Entidad de Conservación de Pelagatos, José María Ortega. El empresario chiclanero reconoció ayer que el último robo ocurrido el pasado viernes en el polígono ha sembrado «algo de intranquilidad entre los más de 300 empresarios» que centralizan su labor económica en este polígono.

Al respecto, José María Ortega señaló que «el polígono de Pelagatos tiene la particularidad de que es un polígono público y no puede por tanto ser cerrado con vallas o ser encomendada directamente la vigilancia privada por parte de la Entidad de Conservación como tal».

Resquicios legales

Pese a estos resquicios legales el organismo rector de Pelagatos ha puesto en marcha un sondeo para conocer cuántas empresas estarían dispuestas a compartir el pago de un servicio de guardiajurados, que mediante rondas permanentes de vigilancia se encargarían de suplir la labor que no realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad por falta de efectivos. Sobre este particular Ortega recordó que «en su día el Ayuntamiento se comprometió con los empresarios a que, como mínimo, la Policía Local haría cinco rondas al día en el polígono».

Cabe recordar que Pelagatos ya contó hace unos años con una garita a modo de puesto de seguridad estable en sus accesos, que fue suprimida. Todo parece indicar que más allá de alarmas y vigilantes que tenga cada empresa, el recinto como tal contará en breve con seguridad privada.