VUELTA DE HOJA

Hacer números

Es un caudaloso manantial de infortunio creer que todos los problemas tienen solución. No digo que estar convencido de que hay problemas que no la tienen no lo sea también, pero quizá resulte más llevadero convivir con ellos que enfrentarse. Se cuenta de un general de alta graduación que tenía dos carpetas de idéntico volumen sobre su mesa de trabajo: en una se leía «Problemas para solucionar urgentemente» y en otra «Problemas que solucionará el tiempo». Ninguno de los dos mamotretos fueron resueltos jamás, pero hay que reconocer que uno le provocó menos insomnios.

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Lo que más desasosiego produce cuando se intenta resolver una situación difícil es hacer números. La aritmética no es el campo de la piedad. ¿Cómo arreglar eso de que los jueces españoles tengan pendientes de ejecutar 400.000 condenas firmes? El Poder Judicial, cuya debilidad conocen mejor que nadie los delincuentes, fue alertado del caos hace cuatro años, cuando ya la saturación de los juzgados hacía que los expedientes se salieran por las puertas. También se veía venir que el curso del Ebro no estaba de acuerdo con el curso de los acontecimientos. La única forma de no verlo era cerrar los ojos, aunque permanecieran de par en par las compuertas, y así hemos llegad a la situación actual. Nuestro padre río ha tirado al mar en cuatro años el agua que Barcelona necesitaría en un siglo.

Si hubiera exámenes para políticos suspenderían el 98%, pero los políticos se nombran ellos mismos. El gremio abunda en charlatanes y embaucadores resueltos a ponerle remedio a cualquier cosa a condición de que no constituya un conflicto. ¿Qué habría pasado si en estos años últimos nos hubiésemos dedicado a solucionar cosas en vez de prometer soluciones?