Elogios del jefe del Kremlin al baile cosaco del líder estadounidense
Vladimir Putin quiso hacer inolvidable su despedida con George W. Bush. En la noche del sábado, le ofreció una suculenta cena con grupo de coros y danzas incluido. Lo que más le impresionó al mandatario estadounidense fueron los cosacos y sus acrobáticos pasos de baile. Intentó emularles y algo debió de salir mal por que ayer por la mañana, antes de comenzar las conversaciones oficiales con Putin, dijo aliviado «menos mal que no estaba la prensa».
Actualizado: GuardarEl presidente ruso señaló, sin embargo, «al contrario, es una pena que se lo hayan perdido. Eres un excelente bailarín». «Dejémoslo», respondió Bush. La fiesta estuvo animada por el conjunto folclórico ruso Beriozka, conocido mundialmente. Mientras tanto, los camareros servían a los comensales venado con setas en salsa de frambuesas, tortitas con caviar rojo y trucha, filete de ternera con patatas al horno y salsa de arándanos, empanadillas rellenas de salmón y cangrejo y, de postre, pastel de frutas del bosque con helado.
Medvedev presente
El escenario de la velada fue la residencia de descanso de Putin, Bocharov Ruchei, situada en un idílico entorno de bosque montañoso con el mar a los pies. El presidente norteamericano, George W. Bush estuvo acompañado por su esposa, Laura. También asistió el nuevo presidente ruso, Dmitri Medvedev, que toma posesión el 7 de mayo. La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo que la reunión fue «cálida, relajada y agradable».
Pero no para el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y para su colega norteamericana, Condoleezza Rice. Ambos, según una fuente anónima consultada por la agencia Ria-Novosti, estuvieron hasta el último momento consensuando la declaración que se firmó ayer.
Se les acabó el papel y, según la agencia, tuvieron que seguir haciendo anotaciones en la cartulina del menú.