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«'El algarrobo' era tontorrón y divertido»
Había dos cosas con la suficiente autoridad como para mandar a la cama sin chistar a Teté Delgado cuando era niña. Una, la inolvidable Familia Telerín, y la otra «los temibles dos rombos». «Con eso mis padres eran inflexibles. En cuanto aparecía un rombo nos mandaban a mi hermano y a mí a dormir; claro que como la habitación estaba al lado de la salita nos quedábamos a escuchar y la verdad es que eran cosas muy ligeritas», recuerda divertida la actriz.
Actualizado: GuardarLa gallega fue una niña feliz que creció en un pueblo haciendo chabolas, arcos y flechas. A la tele le prestaba la atención justa, aunque ella misma se sorprende de lo nítidos que conserva los recuerdos una vez que empieza a «tirar de la cuerda». «De pequeña veía Los chiripitifláuticos. Me encantaba Valentina porque era una chica y mandaba mucho, y también Capitán Tan y Locomotoro, que decían que era conductor de todo menos del codo», evoca con precisión la actriz, quien también guarda un entrañable recuerdo de los payasos del circo y especialmente «del señor Chinarro». «Años más tarde, cuando actuaba en El Súper, coincidí con él y me hizo una ilusión terrible», confiesa.
Otro tanto le ocurrió cuando tuvo ocasión de trabajar con Álvaro de Luna, El algarrobo de Curro Jiménez. «Aquella serie la veíamos en familia y a los niños el que más nos gustaba era El algarrobo porque era tontorrón pero bueno y divertido».
Cierto es que la de bandoleros no era una serie infantil pero bueno... tampoco tenía rombos. Teté la veía con once años con el permiso de sus padres y para disgusto del cura del colegio. «Una vez me preguntó en confesión si veía 'Curro Jiménez' y le dije que sí. Me contestó que yo no podía ver eso». Ella nunca le preguntó el porqué y todavía hoy la actriz ha sido incapaz de encontrar una respuesta.