VUELTA DE HOJA

Un hueco en el álbum

Parece que Ronaldinho no levanta cabeza, pero lo que es peor, ha convencido a todos de que cada vez le es más dificultoso elevar del suelo los pies de Aquiles negro. Quizá sea importante trasladar una pantera a Las Ramblas, pero después de deslumbrar a todos y hacer juegos malabares en el césped, poco a poco, fue dimitiendo del prodigio. Antes decía cosas inolvidables sobre las verdes páginas de los estadios y ahora dice adiós a la temporada. ¿Qué le ha pasado al rey mago que se alineaba junto a su propio camello en las filas del Barca?

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Los futbolistas, con la excusa de que sus carreras son más cortas que la de los registradores de la propiedad, quieren hacerse propietarios de muchas más cosas en menos tiempo. ¿Le ofrecerá más dinero otro equipo? Es imposible que se le haya olvidado jugar al fútbol, del mismo modo que a los aficionados se nos olvide como jugaba Ronaldinho.

Si hubiese fichado por el Málaga me parecería el hombre más guapo del mundo, aunque la verdad es que es una mezcla de Ray Sugar Robinson y de la Mula Francis. Su sonrisa de anuncio de dentífrico para consumo de negritos del África tropical siempre me pareció encantadora, incluso de serpientes, y no puedo resignarme a su ausencia. Figura en mi álbum ideal -también intemporal- de cromos. Junto al navarro Arza, a Molowny, a Ben Barek, a Gainza, a Zarra, a Di Stéfano -fuera gorros-, a Pelé, a Luisito Suárez, a Maradona, a Bekenbauer, a Cruiff, a Ronaldo y a tantos otros que sé que soy injustísimo al no recordar, aunque los recuerdo. Siempre habrá un espacio vacío en mi álbum de cromos.

No es ninguna frivolidad. Hablo de gentes que me han ayudado a vivir y en esa nómina no sólo figuran, entre muchos, muchísimos, Quevedo y Schopenhauer y Antonio Machado. También quienes me han divertido. Nada mejor que divertirse. Es un claro en el bosque.