PADRE JESÚS. Una imagen del pregón de Semana Santa que ofreció en el Villamarta. / J. C. CORCHADO
Jerez

El Consejo pedirá una calle para el padre Jesús en el próximo pleno

Muñoz Natera ya se lo ha solicitado de forma oficiosa a la alcaldesa de la ciudad Sus restos descansan en su Herencia natal desde el pasado viernes

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El fallecimiento del padre Jesús, el mercedario que tuvo a su cargo el último pregón de la Semana Santa jerezana que se celebró en el Teatro Villamarta el pasado 9 de marzo, ha calado hondo en la sociedad jerezana. Este «lazarillo de Dios», como lo describió el padre Felipe en la despedida del responso por su alma el pasado jueves en la Basílica de la Merced, consiguió con su amabilidad y esfuerzo superar todas las barreras sociales, y convertirse en un modelo a seguir por el resto de la iglesia.

Buena prueba de ello fue su sepelio, presidido por el obispo de la ciudad, Juan del Río Martín, y concelebrado por cuarenta sacerdotes, con una Basílica de la Merced que se quedó pequeña. Más de mil jerezanos acudieron a dar un sentido homenaje a este mercedario, que estuvo siempre muy vinculado al mundo de las hermandades y cofradías desde que llegó a Jerez hace ya diez años.

Petición oficiosa

Y prueba de esa vinculación es que el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Manuel Muñoz Natera, solicitó de forma oficiosa a la alcaldesa al finalizar la Eucaristía una calle para el padre Jesús, propuesta que en primera instancia fue bien acogida por la primera autoridad municipal.

Esta petición, según ha confirmado a LA VOZ el presidente de las corporaciones jerezanas, se hará de manera oficial en un próximo pleno, ya que la decisión del Consejo es firme por perpetuar la memoria de quien fuera uno de los sacerdotes más queridos por todos los jerezanos.

El ejemplo de amabilidad y simpatía del padre Jesús Fernández de la Puebla Viso pese a su enfermedad no ha pasado desapercibido para nadie en los escasos diez años de sacerdocio que disfrutó, y la asistencia masiva de personalidades y jerezanos a su entierro es lo que ha animado a Muñoz Natera a solicitar oficialmente este reconocimiento público para el pasado pregonero de la Semana Santa.

Al entierro del sacerdote, que tuvo lugar en Herencia un día después de su muerte, acudió un nutrido grupo de jerezanos, encabezados por la mesa de hermandad de las Angustias, corporación de la que el sacerdote fue director espiritual. La hermandad portó el féretro y quiso acompañar en su último viaje al padre Jesús. Para ello, Francisco José Mancilla y su equipo salió de madrugada, como tantos otros jerezanos, para estar con la familia y amigos del mercedario, una prueba más del cariño y afecto que con su actitud se había ganado el manchego en esta tierra.

«No olvidéis a este siervo de Dios», pidió el padre Felipe emocionado en la Eucaristía, y las cofradías de la ciudad han actuado rápido para que así sea, para que la figura del padre Jesús quede para siempre viva en el recuerdo de todos.