
Empate del Madrid en Palma, ante un Mallorca que fue muy superior
Los blancos pagaron muy caro la expulsión de Sergio Ramos y la decisión del técnico alemán Bernd Schuster de colocar a Diarra en el lateral derecho
Actualizado: GuardarEl Real Madrid tiene que dar las gracias al milagroso empate firmado en el Ono Estadi, donde el líder, huérfano de fútbol y de forma física, pagó la expulsión de Sergio Ramos y la decisión de Schuster de colocar a Diarra como lateral derecho hasta que el Mallorca aprovechó una de sus innumerables oportunidades de gol.
Tuvo que ser un canterano madridista, Borja Valero, quien, con un golazo en la recta final del choque, le arrebatase dos puntos a su ex equipo y salvase un punto para el Mallorca, que fue muy superior al equipo visitante en un duelo que también tuvo mucha polémica arbitral. El Madrid puede darse por muy satisfecho con el empate en Palma, aunque la Liga vuelve a calentarse y mucho tendrá que mejorar el equipo de Schuster, fundido en las segundas partes, para no tener que sufrir en su lucha por la Liga.
El Ono Estadi acabó muy insatisfecho con el resultado, pero sobre todo indignado con Daudén, porque además de un discutido gol anulado a Fernando Navarro por una supuesta falta de Ramos a Arango, no señaló un posible penalti de Cannavaro cuando se acercaba el descanso.
Justo cuando Sneijder acababa de sacar petróleo de una gran jugada personal de Robben, que se burló de Basinas y Nunes para fabricar el gol cuando peor estaba el Madrid, cuando había desaparecido en el medio campo y el Mallorca estaba jugando sus mejores minutos, dejando en evidencia a los laterales blancos. En un partido tan equilibrado, en el que el Madrid se mostró dominador y autoritario y jugó unos muy buenos primeros 20 minutos y el Mallorca, liderado por Ibagaza, respondió con un fútbol veloz y vertical, los baleares no merecieron ese castigo, pero pagaron los errores del árbitro, su falta de pegada y el fallo de su defensa en una acción individual de Robben.
A pesar de que el Madrid saltó al campo a mandar, a mirar sólo a la portería contraria y a hacerse dueño del balón, aparte de no dudar en disparar a puerta desde media distancia, sobre todo Sneijder y Robben, el equipo de Schuster, cuando desapareció Guti, se fue desfondando y dio muchas muestras de debilidad defensiva ante un Mallorca que prefirió esperar su momento.
Daudén había encrespado a los aficionados baleares con decisiones clave que perjudicaron a un Mallorca que combinó fútbol directo con elaboración para superar un medio campo visitante demasiado intermitente que dependía de la calidad de Guti. Y con el canterano apagado y el Madrid echado atrás y el Mallorca crecido en la segunda parte, el duelo comenzó a tomar color bermellón. El Madrid empezó a especular, pensando en que defender y alguna contra le bastaría para sentenciar, sin necesidad de jugar al fútbol.
El Madrid, sin embargo, no valoró lo bien que juega cuando ataca el Mallorca ni contaba con la expulsión de Sergio Ramos, que se ganó la segunda amarilla y dejó a su equipo con 10 con 25 minutos por delante. Schuster, en una decisión incomprensible que parece que fue pensada por el enemigo, sacó a Diarra para colocarlo como lateral derecho, dejando a Torres en el banquillo. Entonces llegó el golazo de Borja Valero. Schuster, ya demasiado tarde, sacó al campo a Torres y llevó a Diarra al centro del campo, pero el Mallorca ya había logrado su objetivo.