A medio tiempo
El nuevo álbum de Van Morrison refleja su mejor época, ahora reeditada por fases
Actualizado:No contento con el enfoque crítico que está recibiendo su último álbum Keep It Simple (Polydor, 2008), Van Morrison (Belfast, Irlanda, 1945) acusa a la prensa musical británica de vivir obsesionada con el pasado por estar, según él, más pendiente de la historia que del presente. Osada afirmación la de un artista que fue más de lo que es y al que, teniendo en cuenta su errática discografía reciente, no siempre se le puede aplicar aquello de «quien tuvo retuvo». El gruñón de Belfast deja traslucir además su innegable cinismo: Keep It Simple no es otra cosa que una rehabilitación estilística, un guiño a sus mejores tiempos pretéritos que va encuadrado dentro de una orquestada promoción para revender su valiosa discografía anterior.
Efectivamente, la gran noticia no es la publicación de un nuevo disco de Morrison, sino le reedición remasterizada de buena parte de su catálogo dentro de una campaña anual que, en cuatro entregas, va a poner en el mercado prácticamente toda su discografía -lástima que en ese lanzamiento global no se incluyan las tres gemas que el irlandés registró en su primera etapa en solitario: Astral Weeks (1968), Moondance (1970) y His Band And The Street Choir (1970), desde sus inicios con el grupo Them hasta la actualidad. El primer lote del lanzamiento, llevado a cabo a principios de este 2008, incluye como obras sobresalientes a Tupelo Honey (1971), Into The Music (1979) y uno de los grandes discos en directo de la historia: It's Too Late to Stop Now (1974). El próximo junio verán la luz Veedon Fleece (1974), Common One (1980) y No Guru, No Method, No Teacher (1986) junto a otros cinco títulos más. Y en septiembre de este mismo año y enero del siguiente saldrán las otras dos entregas con Saint Dominic's Preview (1972) y Hard Nose The Highway (1973) y la discografía completa de Them, respectivamente, como destacados de cada lote. Esta gradual reedición de la discografía de Van Morrison servirá para recuperar, por mucho que al propio artista le disguste, su sitio en la historia. Sin duda, el huraño irlandés contribuyó mejor que nadie a flexibilizar posturas y hacer saltar los límites entre géneros con su homogénea fusión entre folk, blues, jazz, soul, folk, rock y country. Muchos de los discos antes citados fueron capitales a la hora de definir el perfil del cantante melódico moderno, del nuevo crooner. Con sus repeticiones de notas silábicas, su imprudencia con la medida -sus composiciones podían durar lo mismo tres que nueve minutos- y sus apasionadas letras arraigadas a los sentimientos más confusos, entre las décadas de 1960 y 1970, Morrison dejó las huellas para que el pop equilibrado a partir de extractos de música popular blanca y afromericana, siguiese desarrollándose.
Keep It Simple rescata ese modelo básico y, aparcando sus últimos registros específicos - el swing de How Long Has This Been Going On (1996), el skiffle de The Skiffle Sessions (2000), el country de Pay the Devil (2006)-, retoma la amalgama estilística morrisoniana desde la óptica del blues para, después de ramificarse, volverse a posicionar en su propio terreno. Un feliz reencuentro.