Cambio climático y explosión demográfica
Acabamos de pasar el periodo electoral y hasta los políticos que lo negaban nos han hecho promesas en torno al cambio climático. Y, aunque hay muchos factores que inciden en éste, es sin lugar a dudas el aumento de la población el principal responsable. De la bomba de la población y la necesidad de imponer límites a su crecimiento han venido tratando a lo largo de los últimos decenios prestigiosos foros y documentados informes, como las Conferencias de Roma y de Estocolmo, el Informe Brundtland, el informe Carter El Mundo en el Año 2000, etc., sin que nadie parezca interesado en escuchar. El que venga atrás que arree, es la filosofía del mercado.
Actualizado: Guardar La población es un factor multiplicador de todos los problemas ambientales. La ecuación es bien sencilla. Si nacen 10.000.000 de personas (por poner un ejemplo) serán necesarios 10.000.000 de puestos de trabajo, y viviendas para albergarlas, y vehículos para desplazarlas, y más agua para sus lavadoras, friegaplatos, duchas, y más asfalto... Y consumirán más pescado, más madera, más combustible, más plástico Y producirán más contaminación, etc. Porque el incremento demográfico es un factor multiplicador del resto de problemas ambientales: los recursos vivos del planeta decrecen a medida que la población aumenta, esto es indiscutible.
No se entiende, por tanto, que un gobierno progresista fomente la natalidad con importantes ayudas económicas, que, por cierto, cuentan con el apoyo del resto de partidos políticos, pese a que España ha pasado en muy poco tiempo de los 36 a los 46.000.000 de habitantes y el planeta supera los 7.000.000.000. Insostenible.
La plaga de la humanidad va devorando implacablemente ríos (ahora resulta que los ríos no pueden desembocar en el mar, aunque así venga recogido en la geografía y aunque el 70% de las especies marinas dependan en alguna etapa de su vida de estas zonas de agua salada-dulce para su supervivencia), bosques, especies animales, campos, montes, playas Y con más intensidad cuanto mayor es el poder adquisitivo de la gente (coches de alto consumo, motos acuáticas, rifles, chalets,... y, en este dichoso país, plagado de autovías, todos pidiendo que el AVE pare en su puerta).
Como en los mejores tiempos del franquismo se está premiando la familia numerosa, no la familia responsable, ni la que se planifica, ni la que educa bien a sus hijos sino la que simplemente trae hijos al mundo. Se premia el hecho de parir. Esto es demencial porque la orientación debiera ir en sentido contrario, es decir, apostar por el crecimiento cero y establecer impuestos a partir de dos hijos. Además me pregunto por qué tenemos que ayudar a quienes paren hijos. ¿Por qué no hay premio para la paternidad responsable?
Detrás de este problema de la población están todos los demás:
Un consumo de energía insostenible: aire acondicionado, secadores, apuesta por el vehículo privado, establecimientos públicos que son todo un alarde de despilfarro, etc. Es una falacia pretender que se puede cubrir el incremento de la demanda con más parques eólicos. El único punto de partida para la sostenibilidad es la reducción del consumo, y no hay otro.
La destrucción de bosques. Para cubrir el déficit de madera, de papel, para construir infraestructuras... De ello nos da lecciones una administración que lleva las autovías por los «espacios protegidos» o de alto interés ambiental (qué paradoja), como la autovía Jerez-Los Barrios, que partió en dos el Parque Natural de los Alcornocales, o las actuales obras del Ministerio de Fomento por Río San Pedro, Puerto Real, justo por encima de los pinares. A mayor abundamiento la administración ha instalado la economía del incendio, a través de grandes entramados de empresas (TRAGSA, EGMASA, Planes INFOCA, etc.), que viven precisamente de ello, del incendio. Cuando el monte arde da puestos de trabajo y mueve la economía con contratas de avionetas, de helicópteros, de maquinaria pesada para abrir pistas forestales y sacar la madera papeleras, madereras, recalificaciones de terrenos Una gran perversión.
Destrucción de marismas (de importancia similar a los bosques como sumideros de CO2). Pese a la prohibición de la Ley de Costas, estos son los lugares que cuentan en Cádiz con el «privilegio» de ser elegidos para polígonos industriales: San Fernando, Chiclana, Puerto de Santa María, Puerto Real... a los que ahora, con todos los «responsables» políticos de acuerdo se añadirá el nuevo polígono industrial de Las Aletas. Qué decir de las actuaciones de la Consejería de Obras Públicas en el río Palmones. Y muchos más problemas que todos conocemos.
Como decía Michel Bosquet, la utopía no es predicar el decrecimiento y la subversión del actual modo de vida hacia una sociedad más austera, sino el creer que la población, la industria, el consumo, pueden continuar creciendo ilimitadamente en un planeta limitado.