Rajoy no aclara el voto del PP ante la división de sus dirigentes

El líder de la oposición no cierra la puerta a la posibilidad de que el PP se abstenga en la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno y asegura que sólo tomará una decisión al respecto cuando escuche el discurso del candidato en la sesión convocada para el próximo día 8 de abril. El presidente del PP no ha reunido a los órganos de dirección de su partido para tomar un acuerdo al respecto y mantiene su ambigüedad ante la división de opiniones detectada entre sus dirigentes.

Tras su reunión con el Rey, que se prolongó durante una hora, Mariano Rajoy explicó que prefiere «escuchar» a Rodríguez Zapatero antes de tomar una decisión e insistió en ofrecer al PSOE cuatro pactos de Estado sobre «lo que es España», la política exterior, la lucha contra el terrorismo y la modernización del sistema de protección social.

La indefinición del líder del PP y la expectativa de la abstención es compartida por algunos de sus colaboradores, mientras que otros miembros de la dirección del partido discrepan. El eurodiputado popular Luis Herrero defendió ayer la abstención durante un debate en TVE, y sostuvo que el PP no debería votar en contra de Rodríguez Zapatero para facilitar su elección sin pagar «hipotecas a los nacionalistas».

El parlamentario europeo sostuvo esta posición «por coherencia», ya que Rajoy pidió a los socialistas, durante la campaña electoral, su abstención si era él quien ganaba las elecciones. Por el contrario, los detractores de este análisis, también situados en la cúpula del PP, califican tal posibilidad de «disparate» y sostienen que un partido opositor tiene la obligación de votar en contra de la investidura del aspirante a gobernar. Sólo en el supuesto de que Zapatero llamara al líder de la oposición para firmar los cuatro acuerdos de Estado ofrecidos por el PP admiten justificada la abstención.

Rajoy no entró ayer en ese debate y se limitó a adelantar cuáles serán sus cuatro grandes ejes de oposición para obligar a que el Ejecutivo «se ocupe de lo que no se ocupó en la pasada legislatura»: justicia, economía, inmigración y seguridad ciudadana. Además, prometió que su partido se centrará en otras dos grandes áreas en los próximos cuatro años: el modelo de financiación económica y el «enorme problema del agua» que «ha generado» Zapatero.