Concordia pese a la polémica de las entradas

Son los primeros que deben dar ejemplo, pero la verdad es que esta semana no se han visto ni las caras. Todo lo contrario que sus entrenadores, quienes no han parado de acudir a programas de radio, tertulias para periódicos o encuentros entre periodistas en donde no se han cansado de proclamar a los cuatro que vientos sus deseos de que reine la deportividad de cara al derbi de esta tarde en Chapín. Hasta las alcaldesas de las dos ciudades deportivamente enfrentadas han tenido un hueco en su agenda para hablar de un derbi cuya tensión que debe de quedar sólo en el verde del césped de Chapín.

Toda esa hermandad que se ha vivido entre los profesionales (también han sido frecuentes los encuentros entre jugadores de uno y otro equipo) no se ha dado entre los directivos de ambos equipos. Ni Antonio Muñoz ni Joaquín Mo-rales han coincidido en ninguna de las tertulias que se han celebrado esta semana y no han predicado con el ejemplo.

Para colmo, la polémica de las entradas ha dejado una clara sensación de ruptura diplomática entre dos entidades que estos años no han tenido más remedio que ser amigos a la fuerza. Pero este año la cosa ha cambiado. El encarecimiento de las entradas para los seguidores cadistas ha sido el detonante para que uno y otro club hayan evidenciado cierta lejanía.

En el Cádiz no ha sentado nada bien el comportamiento de la di-rectiva xerecista. Desde el Consejo de Administración que preside Antonio Muñoz se ha cuidado mucho de no calentar el ambiente durante la semana con críticas a la directiva de Morales por su procedimiento en este asunto.

De hecho, el directivo cadista encargado de negociar con el Xerez la venta de entradas en Carranza, Santiago Pozas, ha terminado harto de las conversaciones mantenidas con el director general xerecista, Antonio Fernández Monterrubio. Éste, por su parte, seguía manteniendo que la razón estaba de parte de la entidad azulina, y constatado en un convenio para más detalles.

Por su parte, el presidente del Cádiz apenas ha querido acaparar el protagonismo durante esta semana, pero círculos cercanos a él aseguran que está muy molesto con los rectores del Xerez al considerar que no han facilitado un clima de concordia debido al famoso asunto de las entradas. Sin embargo, Muñoz sacó los pies del tiesto al afirmar que lo de la directiva azulina con las entradas «era una ilegalidad».

Sin duda alguna, el ambiente confortable vivido hace tres temporadas, cuando el Cádiz se jugaba el ascenso en Chapín, ha pasado a ser mera historia de los derbis entre Xerez y Cádiz.