EJEMPLO. Mariano Rajoy y Ruiz Valcárcel leen un papel en presencia de Ángel Acebes. / PINO. EFE
ESPAÑA

Santamaría promete protagonismo a cada diputado para frenar el malestar interno

El valenciano González Pons desactiva un conato de rebelión en el PP al ponerse a disposición de la portavoz

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La nueva portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, superó con éxito su primer reto al frente de esta responsabilidad al lograr rebajar el primer impacto de la crisis interna suscitada por los nombramientos de su equipo de dirección. La parlamentaria del primer partido de la oposición lanzó ayer un mensaje conciliador a sus diputados, les prometió protagonismo y trabajo para todos y consiguió recabar el apoyo explícito de Esteban González Pons, que figuraba como candidato favorito para ocupar su cargo.

Sáenz de Santamaría cogió el toro por los cuernos y, en su primera rueda de prensa, se mostró dispuesta a escuchar las críticas, aunque dijo que éstas no le paralizarán. Buscó la complicidad de sus parlamentarios, al menos de los descontentos por haberse quedado fuera de la atribución de cargos en la dirección del grupo, y les aseguró que no prescindirá de nadie porque contará con «la energía de los que vienen de refresco y la experiencia de los que se las saben todas».

Puestos por cubrir

Recordó que todavía faltan puestos por cubrir en las presidencias y vicepresidencias de las comisiones que espera ocupar el PP, además de las portavocías aún pendientes de asignar. Además, explicó que los portavoces de comisión, los adjuntos y los diputados expertos en asuntos especializados -como la inmigración o la dependencia- serán la élite de la representación parlamentaria popular en el Congreso. «Será la primera línea del grupo», afirmó; «el equipo titular», puntualizó.

Sáenz de Santamaría intentó tranquilizar a los diputados en expectativa de destino y les aseguró que «todo el mundo que quiera trabajar podrá hacerlo», porque se asignará el seguimiento de los ministros, secretarios de Estado y subsecretarios a los correspondientes parlamentarios del partido opositor que se convertirán en sus «sombras» para el ejercicio de la labor de control y seguimiento al Gobierno de Zapatero.

Conscientes del malestar creado entre los diputados el día de la sesión constitutiva del Congreso, la dirección popular se moviliza ahora para serenar los ánimos en la convicción de que lo logrará resolviendo agravios comparativos. Diversas fuentes restaron importancia a los puestos de dirección y les atribuyeron un carácter meramente técnico para destacar la relevancia de las portavocías que faltan por atribuir. De hecho, se publicitó el nombramiento de Cristóbal Montoro como portavoz de Economía como ejemplo del perfil que tendrá el nuevo equipo de portavoces, aunque todavía no se conocen cuáles serán las comisiones permanentes de la nueva legislatura, que sólo se aprobarán después de que el Gobierno tome posesión.

No obstante, todavía el miércoles, un sector de jóvenes pero experimentados diputados se planteaba rechazar las ofertas de cargos en el grupo como gesto de protesta. «Quieren que nosotros les hagamos el trabajo mientras ellos cobran el triple por no hacer nada», se quejaban en referencia al plus económico que reciben los miembros del consejo de dirección.

Pero este conato de rebelión quedó desactivado por el paso adelante que dio González Pons al ponerse a disposición de Sáenz de Santamaría, en conversación que ambos mantuvieron esta semana. «Es un brillante parlamentario con una capacidad dialéctica de primer orden», aseguró la portavoz ante los medios, «es un lujo de político», dijo.

Por otro lado, el PP propondrá al pleno del Congreso una reforma legal para incrementar la desgravación fiscal por el pago de hipotecas para la compra de vivienda habitual. Ésta será una de las primeras iniciativas que debatirá el Parlamento en la nueva legislatura, según anunció la portavoz.