Paz y gloria

Aquí paz y después gloria, triunfo, victoria o tres puntos. Eso es lo que vinieron a decir ayer los dos jugadores que durante la jornada del miércoles protagonizaron una trifulca en la que llegaron a las manos. Tanto Antoñito como Vicente Moreno restaron ayer importancia al incidente para ceder todo el protagonismo a una semana de derbi que entra en su recta final.

La relación entre el sevillano y el valenciano no es la mejor de las posibles, pues de hecho, no era la primera disputa que tenían. Ayer por la mañana, cuando se reencontraron en el vestuario no se dieron el saludo más efusivo -«una cosa normal», contaba Antoñito- pero tendrán que convivir, al menos, durante lo que resta de competición.

¿Motivo? No había uno demasiado claro. «Un lance del partidillo de ayer. El equipo está entrenando con mucha intensidad y somos dos futbolistas de sangre caliente, pero ahí se queda. Saltaron chispas pero ya se ha aclarado. Lo malo sería que se entrenara con un nivel más bajo, aunque es la primera vez que me pasa una cosa así. No es agradable».

El capitán azulino, por su parte, entendía que se le cuestionara sobre el asunto y afirmaba que «no tiene mayor importancia. Esto pasa en las mejores familias y no hay que darle mayor trascendencia. Mi obligación es quitarle importancia y no desviar la mente en otra cosa que no sea el partido del sábado. La tensión y las ganas de llegar a ese partido puede provocar que la tensión esté un poco más fuerte. El fútbol es un deporte de contacto».