Semana de cortes y cantes
Severiano Ballesteros ha presentado recientemente un libro en el que hace un repaso por su dilatada trayectoria deportiva y por sus éxitos que se resumen principalmente en dos o tres años de triunfos y las conquistas de la Ryder Cup, tanto como jugador como en la faceta de entrenador. Y ahí estaba el tío como si fuese una leyenda del deporte más contento que un San Luis con su libro. Y no le ha dado ni corte escribirlo. Bueno, eso más bien no es noticia porque él en muchísimos torneos no pasaba el corte. Más bien éramos los españoles los que pasábamos el corte viéndole en los puestos bajos de la clasificación. Si en los openes esos se descendiera por ocupar los últimos lugares a buen seguro que él y su caddie estarían tan preocupados como el Cádi cuando estaba en Primera.
Actualizado: GuardarOtro que no parece tener corte ni vergüenza es Juan Malillo. ¿Cómo puede sonar su nombre para entrenar a la Real Sociedad con lo que se están jugando los guipuzcoanos? Está claro que la crisis de los donostiarras debe ser más grave de lo que parece y que no estarán muy interesados en retornar a la Liga de las Estrellas. Aunque ya le valdría al propio Lillo renunciar al cargo. Se ve que no le tiene que tener mucho apego a los blanquiazules. Si al menos hubiese llegado un poco antes los que están en los bajos fondos de la clasificación gozarían de una mayor tranquilidad porque una de las plazas de descenso estaría adjudicada.
El que dio el cante y por derecho fue Manolo Escobar que el otro día se coló en una rueda de prensa de Casillas y le cantó un pasodoble. ¿Vaya corte que pasó el portero! El del carro a buen seguro que pensó que como Iker está con Eva González también debe andar enamorado de la copla. Menos mal que no se coló en la protesta de las enfermeras de San Rafael se puso la pegatina de UGT y les cantó «No me gusta que al trabajo te ponga la minifalda».