APOYO. Un niño saluda a un corredor. / AFP
DESDE EL DESIERTO

Los gaditanos tienen en la mano acabar la prueba tras superar la etapa más dura

Los tres corredores acabaron los 75,5 km y Juan Antonio Traverso va el 118

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Juan Antonio Traverso, Julio Becerra y Diego Rodríguez pudieron descansar ayer tras la paliza que llevan acumulada en las piernas tras cuatro etapas disputadas en el Maratón de las Arenas. La mejor noticia es que los tres gaditanos pertenecientes al equipo Ultramaratón Bahía de Cádiz siguen en carrera tras superar la etapa reina de la prueba.

Juan Antonio Traverso necesitó 10 horas y 30 minutos para recorrer los 75,5 kilómetros de los que constaba la etapa. Traverso, que ya acumula 26 horas y 28 minutos de carrera, acabó en 75º lugar, lo que le sirvió para encaramarse al puesto 118. Ahora, el objetivo de este policía local es acabar entre los cien primeros en una de las maratones más duras del planeta.

Su compañero Diego Rodríguez también tuvo un papel destacado e invirtió 14 horas y 9 minutos, terminó el 307º y en la general está el 309º, de los más de 800 competidores que tomaron la salida.

Quizás lo más impresionante fue la actuación de Julio Becerra, que con una espectacular muestra de pundonor estuvo corriendo por las cálidas dunas del Sahara 17 horas y 40 minutos para entrar el 489º. Becerra está ahora mismo el 470ºen la clasificación general.

Con estos precedente los gaditanos tienen en la palma de la mano el acabar la Maratón de las Arenas, principal objetivo de los tres. Para conseguirlo sólo les quedan dos pruebas por superar. La que tendrán que correr hoy une Oued Ahssia e Isk N'brahim a través de 42,5 kilómetros. La temperatura máxima en la zona del Sahara en la que se está desarrollando la prueba sigue en torno a la 50 grados.

«Aquí no pasan ni las cabras», por Juan Antonio Traverso

H oy he terminado la cuarta etapa (75.6 km) de la prueba Julio y Diego aún están en carrera. Sólo decir que que nos va bien y que la dureza de la prueba no tiene comparación con nada de lo que hayamos hecho antes. No sólo se trata de hacer kilómetros con mochila y por un terreno que no pasan ni las cabras. Es que después cuando terminas la etapa te esperan las tormentas de arena con lo que tenemos que comer, dormir hacer todo tipo de preparativos con la arena pegándote en la cara. Tenemos arena por la nariz, oídos y masticamos arena constantemente, pero sobrevimos. Nada más, Gracias.