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José Blanco dialoga con Ramón Jaúregui y Joan Ridao. / EFE
ESPAÑA

El PSOE rechaza negociar con los nacionalistas su apoyo a la investidura de Zapatero

Los socialistas aceptan que el presidente sea elegido en segunda vuelta para evitar pactos Buscarán acuerdos a la carta con el resto de los grupos parlamentarios durante toda la legislatura

PAULA DE LAS HERAS
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Lo que parecía una mera estrategia de negociación es ya una decisión en firme. El PSOE ha decidido que José Luis Rodríguez Zapatero sea elegido presidente del Gobierno también en segunda vuelta. Los socialistas aseguran que no negociarán con el resto de formaciones políticas un apoyo de investidura porque prefieren arrancar este mandato sin deber nada a nadie. Tras evaluar el coste de un entendimiento con PNV o CiU, se quedan con lo que consideran un mal menor, que su líder sea elegido presidente del Gobierno por mayoría simple. Sólo el candidato de una debilitadísima UCD, Leopoldo Calvo Sotelo, pasó por ese trance.

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, llevaba días amagando con la posibilidad de renunciar a un acuerdo. Convergència i Unió exigía condiciones inasumibles, como una financiación diferenciada para Cataluña. El PNV, en cambio, habría sido un buen aliado siempre y cuando su apoyo no hubiera estado condicionado a la asunción, siquiera parcial, de la 'hoja de ruta' del lehendakari Juan José Ibarretxe. Pero la decisión de los nacionalistas vascos de permitir a ANV que conserve la alcaldía de Mondragón puso las cosas tan difíciles que los socialistas optaron por plantarse.

Sin marcha atrás

En la dirección socialista aseguran que la oposición del PNV a desalojar del poder a la alcaldesa Inocencia Galparsoro, reacia a condenar el asesinato de su vecino y militante socialista Isaías Carrasco, no está relacionada con la apuesta definitiva por «un Gobierno con autonomía». Sin embargo, la decisión sólo se cerró después de que el nuevo portavoz del grupo parlamentario, José Antonio Alonso, advirtiera por la mañana en Telecinco de que la maniobra de Joseba Egibar tendría «consecuencias serias».

Al desvincular el asunto de Mondragón de su postura, los socialistas pretenden en realidad trasladar el mensaje de que ya no hay marcha atrás. A pesar de que tanto José Blanco como el secretario general del grupo, Ramón Jáuregui, exigieron a los nacionalistas vascos una rectificación, fuentes de Ferraz insisten en que, pase lo que pase, trabajarán para que Rodríguez Zapatero sea elegido el viernes, y no el miércoles en primera instancia.

Esa apuesta exige tener asegurado que no habrá suficientes partidos instalados en el 'no', que la mayor parte de los minoritarios optarán por la abstención. Jáuregui avisó al PNV de que «la primera condición para entenderse con el PSOE es no entenderse con quienes no condenan el terrorismo» y admitió que «sería una gran noticia» que los nacionalistas cumplieran su promesa de expulsar de las instituciones a quienes no condenen el comunicado hecho público por ETA. Sin embargo, en la dirección socialista se subraya, en alusión al pronunciamiento urgente que realizó ayer el PNV en relación a la crisis suscitada en Mondragón, que cualquier corrección que se tome ahora sólo servirá para allanar el camino a un entendimiento durante la legislatura, no en la investidura.

La mayor parte de los portavoces que ayer participaron en la ronda de contactos con Blanco y Jáuregui -Alonso está en la cumbre de la OTAN en Bucarest, en calidad de ministro de Denfensa en funciones- avalan esta tesis. Casi todos aseguraron que la actitud de los socialistas es totalmente neutral, que escucha, pero no exige.

Es más, algunos, como Gaspar Llamazares (IU) aseguró que ni tan siquiera se les pidió en ningún momento el voto favorable a Rodríguez Zapatero. Jáuregui explicó que su objetivo es establecer estos días el «marco de relaciones para toda la legislatura». «Queremos saber cuáles van a ser las líneas maestras de sus discursos en distintas materias para ir fraguando un marco de entendimiento con cada uno de ellos». Es decir, el PSOE aspira a gobernar con acuerdos a la carta. Aún así, la mayoría de los grupos -todos menos PP, PNV y CiU- expusieron sus condiciones para un 'sí'. Ahora, Na-Bai, ERC y IU-ICV se mueven entre la abstención y el 'no', mientras que BNG y CC dudan entre el 'sí' y la abstención.