ATENTOS. Alumnos de Safa que participaron ayer en el taller.
Cultura

«Mamá, ¿te cuento un cuento?»

La Biblioteca Provincial acoge la celebración del Día del Libro Infantil que busca reforzar el hábito de lectura entre los niños

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Erase una vez un niño que nació en una familia muy pobre. Era el hijo de un zapatero enfermizo y de una lavandera muy supersticiosa. Cada noche dormían en la misma habitación e inventaban historias con la que soñaban un mañana mejor. Hans Christian Andersen, que así se llamaba el pequeño, disfrutaba horas y horas con el teatrillo y las marionetas que su padre había fabricado para él. Su imaginación era tan grande que era capaz de construir cientos de aventuras al día sin cansarse. Era un niño feliz hasta que su padre murió y Hans tuvo que dejar la escuela. Desde entonces, no dejó de buscar libros con los que seguir soñando. Aprendió música y consiguió entrar en la universidad donde no paró de inventar historias, tantas, que logró publicar multitud de libros: poemas, novelas, y, sobre todo, cuentos como El Patito Feo, El sastrecillo valiente, o La sirenita... y muchos más que todavía no dejan de crecer en las fantasías de millones de niños.

Desde la cuna

En la Biblioteca Pública Provincial se cuecen aventuras como las del pequeño Andersen. Allí se celebró ayer el Día del Libro Infantil, una fecha en la que- además de conmemorar el nacimiento del autor danés- se hace un llamamiento sobre la importancia de fomentar el hábito de la lectura desde la niñez. Cincuenta alumnos de 8, 9 y 10 años del Colegio Safa Villoslada participaron en un taller promovido desde la delegación provincial de Cultura de la Junta de Andalucía.

Antes de la actividad, la delegada de Cultura, Dolores Caballero, leyó ante los atentos pequeños un manifiesto escrito por el escritor tailandés Chakrabhand Posayakrit que se ha convertido en el grito unánime mundial a favor de los libros. «La búsqueda del saber a través de la lectura debe recibir un trato prioritario y debe ser fomentado desde la infancia», reivindicaba la delegada a través del escrito.

Tras la intervención de Caballero el turno llegó para los protagonistas del día: los niños. Los cincuenta pequeños se distribuyeron en diferentes grupos y, bajo la experta voz del dibujante de cómic Abel Ippólito, aprendieron a crear sus cuentos. «A mí me gusta construir mis propias historias como al que le gusta el fútbol», rompía el hielo Ippólito ante un público expectante. Y así, entre risas y curiosas preguntas, el dibujante comenzó a explicar algunos secretos de los libros, como de qué se componen los cuentos (introducción, nudo y desenlace), o, las diferentes formas de dibujar e interpretar una cara (alegre, triste, enfadado...). Todo ello para que los niños cogieran con ganas sus lápices e inventaran aventuras a partir de las palabras. «Érase un joven llamado John Cena que llevaba un deportivo...», comenzaba a escribir el grupo de Jesús. «Me gustan los libros de acción y de miedo», justificaba que su protagonista era un luchador de Pressing Catch.

«A mí me gusta más el fútbol pero, ¿oye!, leo porque yo quiero», apuntaba Isidoro de 9 años. Mientras, en otra mesa sorprendía el talento de Roberto para el dibujo. «De mayor quiero ser veterinario y dibujante», confesaba. «Yo soy lo que soy porque leí», contaba el autor de cómic, Abel Ippólito quien tiene en su amplio curriculum el lujo para un dibujante de cómic de haber trabajado en Japón, una de las cunas del arte del trazado.

«Intentamos no imponer la lectura sino animarles a leer con actividades divertidas», explicaba la profesora de Primaria, Amelia Gil. «Últimamente cuando mandamos a leer hay cada vez más niños que traen libros de la biblioteca, algo que es muy positivo porque significa que también están leyendo en casa».

Según la directora de la Biblioteca Pública Provincial, María José Vaquero, la clave está en no obligarles a leer. «No pueden considerar la lectura como una tarea más del colegio porque eso les causa rechazo». Por este motivo, la biblioteca este año repetirá la campaña Crece leyendo en colaboración con los colegios y en la que imparten una serie de talleres para fomentar el amor a los libros pero «siempre de una forma divertida y atractiva». El último barómetro de lectura elaborado por la Junta refleja que el hábito de la lectura se encuentra en Andalucía significativamente más asentado entre los jóvenes andaluces que entre los mayores de edad. Así, cerca del 62% de los jóvenes de 14 a 24 años leen libros, mientras que la cifra se reduce hasta el 44% cuando se habla de las personas de entre 55 y 64 años y al 26% entre los de 65 años y más. Además, a las mujeres les gustan más los libros que a los hombres, aunque la diferencia tampoco es muy amplia (51% frente a 49%).

Los niños sí leen

Obligados por sus profesores o no, la cifra de pequeños que leen también es alta. Según el estudio, entre los 6 y 14 años son lectores en más de un 77% de los casos, independientemente de la frecuencia con que leen cuya media es de tres horas a la semana. El peligro llega años más tarde. Como indica Vaquero es a partir de los 15 años, en la adolescencia, cuando los jóvenes empiezan a perder el hábito.

En cuanto a gustos, hay diferencia por géneros. Mientras que a las niñas se decantan por los libros de princesas, los niños -en general- prefieren los de miedo y fantasía. Entre los títulos que destacan tienen gran éxito los títulos de la colección Barco de Vapor y Alfaguara y en edades más avanzadas best-sellers como Harry Potter.

Pero, todos los expertos coinciden en afirmar que el hábito de lectura se debe contagiar de padres a hijos, es decir, que el niño vea que su padre lee, que le gusta y que por eso se lo recomienda. Quizá sea ahí donde está la clave.

malmagro@lavozdigital.es