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La juez de Motril que olvidó liberar a un preso culpa a otros funcionarios
Asegura que nadie le informó de la situación del reo cuando volvió de una baja El perjudicado dice que se sintió como un perro
Actualizado: GuardarLa juez Adelina Entrena, acusada de olvidarse de poner en libertad a un preso que continuó un año en la cárcel por un delito del que había sido absuelto, negó ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) haber sido negligente en su actuación y ha atribuido este «error» a terceros.
La que fuera titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Motril (Granada), que ya ha sido expulsada de la carrera judicial por el Consejo General del Poder Judicial, ha dicho que si no hubiera sido diligente en este caso «no podría dormir por las noches» y ya habría pedido perdón al reo José Campoy, que veía como «de la familia».
La magistrada ha dicho que tras reincorporarse de una baja laboral, en diciembre de 2005, nadie de su Juzgado «en ningún momento» le advirtió del estado del preso, contra quien el juez que la sustituyó en su ausencia decretó prisión provisional para asegurar la presencia del reo en un juicio. En este sentido, ha criticado la actuación del funcionario judicial que se encargó de los antecedentes de la sentencia y de la secretaria, de la que ha cuestionado «su competencia» a la hora de desarrollar el trabajo, al tiempo que ha apuntado que ha llegado a pensar que su imputación ha podido derivar de «algo intencionado».
Según Adelina Entrena, al ver esposado a Campoy el día que lo juzgó por un robo del que le absolvió, creyó que cumplía condena por una causa anterior, ya que ella misma había juzgado previamente al reo, quien, por su estado, le inspira «más bien lástima».
Por su parte, José Campoy, con quien Entrena ha intercambiado incluso una sonrisa, ha relatado que no guarda rencor a la juez pero que se ha sentido tratado «como un perro», y que en la cárcel estaba «nervioso perdido» y se daba «cabezazos contra la pared» porque no sabía «qué estaba pasando».
Aunque ha reconocido que recibió la sentencia absolutoria de manos de un funcionario de prisiones, ha asegurado que no pudo saber el contenido porque nadie se lo dijo y él no sabe leer ni escribir, lo que motivó que se prolongara su estancia en la cárcel un año. En la primera jornada del juicio, que continuará hoy con más testigos y peritos, también ha declarado la madre del reo, el juez que sustituyó a Entrena durante su baja, el fiscal que llevó el caso y la secretaria sustituta del Juzgado.
Era despistada
Ésta última ha asegurado que la magistrada era una persona «despistada, a la que había que recordarle las cosas» y ha admitido que nadie se dio cuenta de que Campoy era preso preventivo. También admitió no haber anotado a Campoy en el libro de presos preventivos. La Fiscalía Superior de Andalucía considera a la magistrada autora de un delito contra los derechos fundamentales y solicita por imprudencia grave suspensión de empleo o cargo público durante un año y tres meses y que indemnice a Campoy, cuya letrado solicita que se le inhabilite durante ocho años y que pague 352.000 euros de indemnización.