Opinion

Se nos fue una madre

Querido hermano José Luis:

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Aún recuerdo aquellos días en la barriada de La Plata en los que nuestra madre Juana, después de venir de parvulitos, nos daba de merendar. Y cuando hacíamos las fiestas en la azotea. Y esas Navidades que pasábamos juntos, cuando recibí mi primer juguete. Una tartana de lata me parecía el mejor juguete del mundo. ¿Te acuerdas del sombrero mexicano, también en los carnavales de Cádiz? ¿Y esos días que iba a San Nicolás? ¿Y cuándo estuviste en el hospital y se jugaba el partido contra el Badajoz, donde ascendió el Xerez? ¿Y esos malos ratos que pasó en el franquismo con nuestro padre Juan?

En todo ese tiempo nuestra madre estaba con nosotros.

Esos lunes santos con el moreno de la plata. Y cuando le dije que quería se padrino de nuestra Spi. Siempre te tuve envidia (sana), por la suerte de tener estos buenos y maravillosos padres, con una mujer que, pasando muy malos momentos, siempre estuvo ahí, al pie del cañón, llevando a toda la familia adelante con amor, cariño y comprensión.

Se nos fue una madre, pero deja una semilla para que podamos seguir, continuando su obra. Por eso, Juan, tenemos que seguir adelante para continuar el camino que Juana nos dejó a nuestra familia. Espero que esté en la gloria (porque ella debe estar por méritos propios), que nos esté viendo como Jesús en brazos de las Angustias, después de pasar por el calvario de las Misericordias y la confortación de María.

Creo y afirmo que toda nuestra familia no te olvidará, porque no se nos puede olvidar todo el cariño y amor que nos diste. Espero que en compañía de la Elo y Joaquina nos estés esperando para que cuando llegue la resurrección estemos todos juntos.

Siempre estará con nosotros, nunca se irá de nuestros corazones.

Emiliano Morán Carretero